Si una se pone a contar lo que le queda por vivir en días, seguramente menos de veinticinco mil, porque no son tantos los días que vivimos, se da cuenta de que no está la cosa como para ir desperdiciando días en algo que nos hace infelices. Aquí prima arriesgarse.
Por otro lado, la economía actual no está para grandes riesgos, siendo realistas. A menos que tengo una idea genial, está dificilillo. Con esto, mejor aguantarse.
Pero hay otra opción: caminar hacia allí. Si tienes claros tus objetivos, da cada día un paso hacia allí. Que todas las decisiones que tomes sean para acercarte a tu sueño y, desde luego, para no alejarte de él.
Si tienes que estudiar, ve estudiando desde hoy (sí, a mitad curso, no importa, ve por libre y ya te examinarás en su momento), si tienes que ahorrar deja de tomar un café para guardar ese euro para tu sueño. Da cada día un paso y al menos el día de hoy no será desperdiciado, porque estarás recorriendo el camino.