Si yo te contara...
De todas formas, siempre que se critica lo que tenemos me veo obligado a decir las mismas palabras: SOMOS HISTORIA.
El sistema electoral español no se diseñó así por capricho, ni por conspiración, ni por ignorancia.
Había, ante todo, que preservar la democracia frente al poder militar y de la derecha rancia, y frente al terrorismo. Por eso se diseñó así: partidos fuertes, favorecidos en la transformación de votos en escaños, que pudieran vertebrar y asentar el nuevo régimen político. El sistema electoral del Senado es aún más lamentable, pero es el que tenemos porque tenía que ser así... Porque somos historia.
Somos historia:
- El poder de nuestros sindicatos es producto de nuestra historia.
- Los privilegios de nuestros funcionarios son producto de nuestra historia.
- El poder de los nacionalismos es producto de nuestra historia (y de una mala previsión sobre la evolución del sistema de partidos).
- La opacidad de nuestros partidos, su tremenda fortaleza, es producto de nuestra historia.
- Y el sistema electoral es resultado de nuestra historia.
Y ahora, treinta y cinco años después, con nuestra democracia mal que bien asentada, es muy jodido cambiar todo eso (y más cosas). Aunque también es muy necesario.
¡Saaalud!