A mi Balada triste de trompeta, y sobretodo su final, me pareció brillante. Su forma de narrar es brusca e incluso torpe (hay escenas de diálogo donde plano/cotraplano no encajan) pero también esa tosquedad permite personajes tan caricaturescos y aberrantes como el que interpreta Areces o finales tan brutales como el de la escena en la ambulancia. Juro que pocas veces me he estremecido tanto.