Andalucía (mi tierra) no está aún preparada. La cultura del toro está muy arraigada en algunas zonas. No en todas.
En mi pueblo, por ejemplo, las fiestas nada tienen que ver con los toros. De hecho, en la provincia de Jaén apenas hay toros y dehesas. En Jaén somos más de olivos...
Pensad, además, que la prohibición de Cataluña ha provocado un efecto reacción de corte anticatalanista en el resto de España, y por lo tanto contraproducente a corto plazo.
Y no es que yo vaya a criticar dicha prohibición, faltaría más. Pero sí digo que cuando un Berlusconi, por poner un ejemplo, se lleva un guarrazo en la cara víctima de la violencia de algún capullo, su popularidad se pone por las nubes durante unas semanas.
Pues esto es lo mismo: mucho indiferente se ha vuelto taurino en Andalucía después de la prohibición catalana. Mucho antitaurino se ha vuelto indiferente por no verse asociado con el nacionalismo catalanista y antiespañolista.
Pero la indiferencia volverá con el tiempo. También la sensibilidad antitaurina.
Y con el tiempo acabará llegando la prohibición.
Aunque aún queda mucho.
¡Salud!