Hola,
Mi opinión sobre la clase política no es muy diferente a la tuya.
Efectivamente, hay excepciones, pero no sé hasta qué punto las marionetas que comentas bailan a un son dado o son ell@s mism@s quienes deciden entregarse al baile absurdo, injusto y, si me apuras, hasta siniestro.
Yo también siento indignación y no exactamente impotencia.
Sin entrar en catastrofismos, y estando muy de acuerdo en lo del "gran teatro de mundo", tod@s tenemos un margen de libertad personal, voluntad, criterio, decisión y puede que hasta acción. Ahí está para mí lo interesante, lo que vale y lo que, si no contribuye a cambiar las cosas, al menos oxigena el pequeño ecosistema en el que un@ quiere vivir.
Hace tiempo que no confío en l@s polític@s y no espero nada de ell@s, aunque sería una grata sorpresa encontrar cordura y avances.
Aún así, sigo haciendo el esfuerzo que no sé expresar para llegar hasta la urna y colar la papeleta "del menos malo". Hasta que me harte ya del todo, supongo. Afortunadamente, aún sigo creyendo en las personas, que hay niveles y niveles de desencanto.
Saludos.