Kurt Gödel. El genio de la racionalidad
Relacionada con los resultados de Gödel está la paradoja del mentiroso:
Una persona afirma "Estoy mintiendo". ¿Estará diciendo esta persona la verdad? Porque, si está diciendo la verdad, está mintiendo, y si está mintiendo, entonces está diciendo la verdad. Procede observar que el dichoso enunciado se está refiriendo a sí mismo.
Algunos miembros del Círculo de Viena investigaban por entonces los fenómenos parapsicológicos por los que Gödel siempre mostró un gran interés.
Años después, Gödel le confesaría a un amigo íntimo que en el futuro sería considerado extraño que los científicos del siglo XX hubieran descubierto las partículas físicas elementales y no se les hubiera ocurrido considerar la posibilidad de factores psíquicos elementales.
Gödel nunca compartió el positivismo recalcitrante del Círculo de Viena. Por el contrario, siempre fue un platónico convencido de que, además del mundo de los objetos, existe un mundo de conceptos al que los humanos tienen acceso por intuición.
Gödel pensaba que el valor de verdad de un enunciado es independiente de que lo conozcamos. Además, sabía que dicha filosofía servía precisamente como excepcional auxiliar en el campo de las matemáticas.
Georg Kreisel, un importante filósofo de las matemáticas, ha señalado como característica de la actitud filosófica gödeliana la búsqueda (llevada, sin duda, con gran éxito) de nuevas perspectivas y nuevos resultados mediante análisis de conceptos aparentemente imprecisos, lo cual configura una actitud fundamentalmente "platonista".
Gödel rechazaba la otra afirmación de Turing de que "no hay mente separada de la materia", calificándola como "un prejuicio de nuestro tiempo" (Hao Wang, From mathematics to philosophy, Londres, 1974; y Gödel, Collected Works, vol. II, Oxford, 1990, p. 297).
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