Esto es lo que he podido sacar de dos boletines de "lechugas y tomates", de Ana Moreno:
"Esta teoría se basa en que los grupos sanguíneos, que surgieron a lo largo de los tiempos, y que guardan relación con la evolución del hombre y su adaptación al medio, tienen que ver con las características inmunes de cada persona, ayudando al organismo a diferenciar entre lo que reconoce como útil y las sustancias que considera peligrosas o agresivas.
El tipo de sangre está determinado por su antígeno, indicador químico muy sensible que reacciona a través del sistema inmunológico cuando se introduce en el organismo alguna sustancia con antígenos extraños, fabricando anticuerpos contra dicho antígeno y neutralizándolo mediante un proceso de aglutinación. Por ello los antígenos del tipo de sangre pueden reaccionar contra los antígenos de otros grupos sanguíneos.
También al ingerir determinados alimentos, los antígenos de los alimentos son capaces de reaccionar con fuerza en el interior del organismo de determinadas personas pertenecientes a ciertos grupos sanguíneos.
Según lo anterior, los beneficios de la alimentación para cada grupo sanguíneo son:
- Una mejor respuesta inmunológica: mayor resistencia ante infecciones y enfermedades.
- Aumento de la vitalidad y las condiciones físicas y psíquicas para la actividad diaria.
- Descongestión y desintoxicación del cuerpo, pérdida de peso si hay exceso y mejora del funcionamiento de los órganos emuntorios.
- Prevención de enfermedades.
- Retraso del envejecimiento celular favoreciendo los factores de regeneración.
La teoría de los grupos sanguíneos y la alimentación nos ayuda a entender que los alimentos no son buenos ni malos, sino más o menos adecuados para unas personas que para otras. Pero como habitualmente sostengo, las personas no somos máquinas, sino seres humanos, por tanto lo que a uno le vaya bien, no tiene por qué irle bien a otro. Por este motivo, yo invito a quien lo desee a seguir este tipo de pautas por un tiempo determinado y que experimente qué tal se siente. Aunque personalmente yo no me rijo por las pautas de los grupos sanguíneos a la hora de elegir mi alimentación, sí lo he estudiado de mis maestros en naturopatía como una opción beneficiosa para determinadas personas. En el pasado he sido criticada por sostener que la alimentación basada en los grupos sanguíneos puede funcionar, porque quizá su base científica se queda un pelín corta; no obstante pienso que la mente es como un paracaídas, sólo no es útil si está abierta. Por ello creo que de entrada, y antes de experimentarlo, no conviene rechazar una teoría que quizá puede ser útil para alguno de nosotros.
Siguiendo las pautas de los grupos sanguíneos, la dieta puede individualizarse, simplemente aumentando o disminuyendo uno u otro grupo de alimentos. La contrapartida es que hay personas que pueden llegar a obsesionarse y no querer comer absolutamente nada que no sea de su grupo, por miedo a enfermar o engordar. Además, las personas vegetarianas del grupo O que, como ahora veremos, están mejor adaptadas para digerir y asimilar la carne, pueden pensar que se les recomienda su consumo; igual que a las personas del grupo A que no sean vegetarianas, pues se les sugiere una alimentación sin carne, y pueden no desear este cambio.
Como todas las tendencias dietéticas, no siempre funciona a todo el mundo, pero puede ser muy interesante, sobre todo para personas a las que no les haya funcionando ninguna otra dieta.
Grupo sanguíneo O.
El grupo sanguíneo O, es el más antiguo y lo relacionamos con el hombre de Cromagnon (hace 40.000 años), un hombre hábil, capaz de fabricar herramientas, de dieta omnívora basada en productos de recolección, insectos y caza. Migraron a otros lugares en busca de nuevos territorios, pero al final fueron extinguidos, ya que se cree que su excesiva población agotó los terrenos de caza. La ocupación de diferentes tierras y climas hizo que surgieran las razas, formas y estructuras distintas entre los hombres de unos lugares y otros.
Los individuos del tipo O son resistentes al esfuerzo físico y al ejercicio, así como mentalmente. Necesitan alrededor de un 20% de proteínas en su dieta que podrían obtener de fuentes vegetales, aunque también están preparados para digerir una dosis moderada de carnes magras, aves y pescados, porque su estómago tiene una mayor secreción de ácido gástrico, necesario para digerir la carne. Aun así no es conveniente que ingieran más de un 25% de proteínas en la alimentación diaria, sobre todo si son de procedencia animal, pues producirían cuerpos cetónicos aumentando la acidosis.
Que su organismo esté mejor adaptado al consumo de carnes no significa que necesiten o les convenga comer carne, sino que les hace menos daño que a otras personas de otros grupos sanguíneos, por ejemplo el grupo A, al que la carne le sienta especialmente mal. Este es un error muy frecuente que lleva a personas que pertenecen al grupo O a pensar que no pueden ser vegetarianas, y esto no es real.
Puntos fuertes del grupo O:
- Tubo digestivo resistente.
- Sistema inmune fuerte capaz de defenderse contra las infecciones.
- Eficiente metabolismo y preservación de nutrientes.
Puntos débiles del grupo O:
- Difícil adaptación a las nuevas condiciones ambientales y alimentarias.
- Su sistema inmune puede ser tan activo que se ataque a sí mismo, provocándose enfermedades autoinmunes.
- Tendencia al hipotiroidismo.
Riesgos médicos del grupo O:
- Alergias.
- Úlceras.
- Problemas de coagulación sanguínea.
- Artritis y afecciones inflamatorias.
- Hipotiroidismo.
Dieta aconsejable para el grupo O:
- Rica en proteína, pero sin sobrepasar un 25% de proteínas en la alimentación diaria, y preferentemente vegetal.
- Frutas y verduras.
- Evitar trigo y legumbres en exceso.
Alimentos óptimos para el grupo O:
- Evitar:
o Carnes: especialmente subproductos del cerdo.
o Pescados: especialmente salmón ahumado, pulpo, caviar.
o Lácteos: especialmente lácteos de vaca y derivados.
o Verduras: berenjena, brotes de alfalfa, coles y su familia, excepto brécol.
o Cereales: trigo (especialmente refinado) y maíz.
o Legumbres: lentejas (especialmente rojas y verdes).
o Frutos secos: cacahuetes y pistachos.
o Frutas: fresas, mandarinas, naranjas, moras, plátano.
o Bebidas: café, té, colas, gaseosas, refrescos.
o Condimentos: azúcar (blanco o moreno), canela, vinagre y ketchup.
- Ideal:
o Huevos: Si lo desean, de 3 a 5 a la semana (por favor que sean biológicos), excepto personas del grupo O de procedencia africana.
o Lácteos: Si lo desean, que sean biológicos de cabra y oveja, excepto grupo O de procedencia africana.
o Verduras: acelga, achicoria, ajo, alcachofas, algas (su alto contenido en yodo aumenta la producción de hormona tiroidea), batata, berza, brécol, calabaza, cebolla, escarola, lechuga romana, nabo, pimiento rojo, puerro, rábano, zanahoria.
o Cereales: arroz, espelta, pan esenio y pan Ezequiel.
o Legumbres: judias blancas, pintas, rojas, negras, azuki, tofu.
o Aceites: oliva, linaza, pescado.
o Frutos secos: nueces, semillas de calabaza, almendras, ciruelas secas, higos secos.
o Frutas: Ciruelas negras, rojas y verdes, higos.
o Bebidas: agua mineral, leche de soja, zumo de piña, zumo de zanahoria.
o Condimentos: curry, cúrcuma, perejil, cayena, algarrobo, alga roja y parda.
El tipo de ejercicio que mejor le va al grupo O es el ejercicio físico intenso, como las artes marciales, el footing, el squash, el tenis, etc"