Sí, es cierto, cuesta mucho dar el paso hacia el veganismo. A mí me costó muchos, muchos años, pero tengo que decirte que en la actualidad (llevo más de dos años de vegana) me arrepiento de no haber dado el paso antes, porque es tanta la satisfacción, la tranquilidad, la paz interior que te proporciona saber que no utilizas a otros seres vivos para vivir sana que no me perdono no haberlo hecho antes.
En cuanto a los sabores, todo es cuestión de costumbres y en cuanto te acostumbras a no comer productos de origen animal, ni los echas de menos, ni crees que estén tan buenos como recordabas. A mí me pasó que cuatro o cinco meses después de dar el paso, en una celebración familiar me ofrecieron jamón (mi plato preferido y el de tanta gente...) y mi impulso y el recuerdo de lo bueno que lo encontraba, me traicionó y cogí un trozo. Cuando lo probé, lo encontré asqueroso. Desde entonces, no he vuelto a probar nada animal y no lo añoro.
Por eso, te animo a que lo intentes porque cuando lo consigues es profundamente agradable y placentero y te proporciona un poquito más de felicidad en tu vida cotidiana