Hay otro engaño que la gente se traga con más facilidad que las pastillas, y es la supuesta precisión en la dosis, por dos motivos principales:
La medición en la práctica tiene sus límites y sus margenes de error, la fabricación industrial los eleva un poco. Por ley hay un pequeño margen que se acepta, no se exactamente el dato. De todos modos se puede llegar a extractos y tinturas vegetales dosificados con el mismo grado de precisión.
Por otro lado, cada cuerpo funciona de forma suficientemente distinta como para que la misma dosis de medicamento pueda ser excesiva para un@s e insuficiente para otr@s, y eso no hay forma segura de saberlo si no es en base a la propia experiencia.
Esto último tiene implicación sobretodo en las vías de administración y en la forma de acción de ambos tipos de medicamentos:
- Lo habitual en la farmacia es tomar el medicamento por via oral, una dosis determinada, de una sola vez y repetir las tomas cada intervalo de tiempo. Otras vías habituales como la inyección o la vía rectal, para el caso actuan igual, 1 dosis de una sola vez. De este modo, si hay un exceso, cuanto menos es un desperdicio de medicamento y además, aumenta la posibilidad de sobredosificación. Evidentemente la pastilla se puede fraccionar, pero normalmente estamos manejando cantidades pequeñas de fármaco y se complica mucho más la cosa, el ojímetro en este caso no vale para nada.
- Lo habitual en herboristería es tomar infusión, decocción o tinturas. Tambien se contempla (aunque haya quien le pese) la vía fumada y la inhalación de vapores, sea por vahos o por vaporización directa del principio activo. De este modo, la administración del fármaco es totalmente a demanda, de forma que uno puede ir dando sorbitos, caladas, o inspiraciones, y parar en cuanto surge el efecto deseado. Las tinturas sublinguales pueden usarse de modo parecido. Como tienen márgenes de dosificación más grandes (cantidades apreciables de la hierba o muchas gotas/dosis de tintura) podemos ajustar la dosis mucho más a lo que necesita nuestro cuerpo, aunque no sepamos si hemos tomado 100 o 150 mg del principio activo, hemos tomado justo lo que necesitamos.
Hay otra reflexión entorno a la farmacia industrial vs. farmacia natural. Los modos de administración de la primera no requieren ninguna preparación, se toma y ya está. Aumenta la posibilidad de olvidar que se tiene que tomar la medicación o de olvidar haberla tomado y doblar dosis. Las infusiones o preparados herbales caseros, en menor medida las tinturas y cápsulas, requieren un tiempo de preparación, casi ritual (el agua caliente, la hierba, tapar, reposar... triturar las hierbas, llenar el vaporizador o hacerse el cigarro...) y la toma tambien requiere su tiempo. En este caso, el paciente tiene un papel más activo en su curación, dedica parte de su tiempo y atención en el proceso curativo tomando mayor consciencia de ello.