El problema no es que la pareja pueda decidir el orden de los apellidos, que es algo que me parece estupendo. El problema es que estos señores que se dicen socialistas pretenden establecer que,
por defecto, vaya en primer lugar el apellido que esté antes por orden alfabético, lo cual sólo se altera si la pareja está de acuero.
Pero es peor aún. Con una medida como esta, así como con el sistema anterior, se hace de todo menos favorecer que los padres se pongan de acuerdo. Como se sabe de antemano qué apellido irá primero si no hay acuerdo, un solo miembro de la pareja tendrá poder de decisión, el otro no tendrá nada que decir.
Un ejemplo. Si me llamo Abad, mi mujer tiene poco que decir sobre cuál será el primer apellido del niño. Será el que a mí me de la gana, y punto. Y si me llamo Zurbarán, al contrario, yo ni pincho ni corto, no tengo nada que decir. No favorece el principio de acuerdo en absoluto.
Entonces, si este sistema tiene los mismos problemas que el anterior, ¿para qué lo cambiamos? Por eso no me quejaba antes, Riply
, estaba establecido "por tradición". Al vaso le llamamos "vaso" sin que sea justo o injusto, por convención y punto. Esto era similar, era así y punto.
Pero claro, alguien se quejó. Con fundamento, por cierto. Una mujer que se consideraba discriminada porque el hijo llevaba su apellido en segundo lugar. Pues bien, se plantea la queja y se estudia el problema.
Pero claro, llegan los boronos del PSOE y no tienen otra idea que cambiar una discriminación por otra. A mi me gustaría que mis hijos llevaran el apellido de mi padre, sencillamente por tradición. Y eso no desmerece a mi madre, ni a mi mujer, ni a nadie.
Si antes nacías mujer, ya sabías que por defecto tu apellido se perdía. Si ahora tu primer apellido es Zurbarán, estate tranquilo que tu hijo lo llevará en segundo lugar. Una discriminación por otra.
Pero lo que la gente no quiere ver es que esta medida tiene consecuencias bastante más profundas. Y es que si antes existía una cierta homogeneidad de apellidos, ahora la balanza va a volcarse a favor de los apellidos que empiecen por "A". Una chapuza, como casi todas las medidas de este Gobierno.
¿Quieren las mujeres igualdad? Que se haga un sorteo. Y si no, pues que los padres se pongan de acuerdo. O sea, o se deja tal como estaba, o se cambia para mejor.
El sorteo es la única forma de garantizar la igualdad. ¿Es más justo a que el apellido del varón vaya primero? SÍ. ¿Es más justo a que se ordenen los apellidos por orden alfabético (con lo que se conoce el resultado de antemano)? SÍ (y esto no es discutible).
Si se quiere igualdad, igualdad. Hasta las últimas consecuencias, como son los trabajadores del registro con un bingo encima de la mesa