Lo que pasa es que en el proceso de vegetarianización muchas personas necesitan hacerse una reeducación a niveles muy profundos como son los gustos ligados a la infancia y a la familia, los que más "recordamos" y "reconocemos" como apetitosos de forma intuitiva resumidos en la expresión "hacerse la boca agua".
Para cuestiones ocasionales o para contentar a un carnívoro de paladar, le veo utilidad a estos preparados.
En cuanto a que sean de soja, si es ecológica, me parece positivo, porque hasta ahora suelen tender más a ser de gluten, como los pollos y patos vegetarianos de los chinos, y el gluten produce muchas intolerancias, baste cotejar que el número de celíacos diagnósticados no deja de crecer.