Pues yo a unos cuantos, incluido un servidor, que practica meditación a diario.
Los organismos no destinan recursos a algo que no se usa, ya que lo que más le preocupa es la supervivencia del propio organismo y para eso necesita todo lo que tiene a mano. Si algo no se usa, se elimina o se destina a otra cosa. Un ejemplo típico: un taxista que se pasa 30 años trabajando, desarrolla más la parte del cerebro encargada de la localización y los mapas mentales. En esa zona hay mucha actividad neuronal, por lo que se establecen muchas conexiones y se ha podido apreciar que la zona realmente crece físicamente. Cuando el taxista se jubila, a los pocos meses esa zona del cerebro que ya no está usando, vuelve a ser normal, ya que no tiene sentido seguir destinando recursos y espacio a algo que ya no se utiliza. Es lógico, para qué quiere un taxista jubilado que se pasa el día en el parque o leyendo el periódico en el bar, por ejemplo, tener a su disposición toda esa memoria de las calles de su ciudad o los mismos reflejos al volante. Y lo mismo le pasa a un músico, que después de sólo unos meses de no tocar un instrumento, disminuye el área del cerebro destinado a la musicalidad y la ejecución del instrumento.
Por todo ello, se me hace muy inverosimil que todos tengamos un área super especial y sagrada dentro de nuestro cráneo que está esperando a que nos dé por descubrirla. Además, las personas que alcanzan la iluminación, o el despertar, no se vuelven más inteligentes o adquieren dones, probablemente a lo que te refieres, es que tienen la mente más despejada del ruido mental que la mayoría tenemos y desarrollan esa sensibilidad que mencionas. De hecho, ésa es precisamente la función de la meditación, acallar toda esa basura mental y sensorial que nos bombardea todo el día y desarrollar la concentración.
Un saludo