Yo combino; actualmente mi horario laboral es partido lo que me supone 4 viajes diarios. Los dos primeros en bici, y los dos últimos combino tranvía y mis propias piernas que están muy agradecidas de su horita de vuelta cada día. De este modo voy variando y así parece que la rutina es otra cosa. La bici para desplazarme rápidamente y el paseo para despejarme del embotamiento mental que produce un horario partido.