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“El trabajo de Huxley
En 1954, Huxley publicó un influyente estudio de la expansión de la conciencia mediante el uso de mescalina titulado Las puertas de la percepción (1954), el primer manifiesto de la cultura de las drogas psicodélicas.
“En 1958 reunió una serie de ensayos que había escrito para Newsday y los publicó bajo el título de Nueva visita a un mundo feliz, en los que describía una sociedad en la que ‘el primer objetivo de los gobernantes es evitar a toda costa que sus gobernados creen problemas’.”
Predijo que las democracias cambiarían su esencia: las viejas y extrañas tradiciones -elecciones, parlamentos, tribunales supremos- permanecerán, pero el substrato que habrá debajo será el del totalitarismo no violento. [...] Mientras tanto, la oligarquía dirigente y su bien entrenada élite de soldados, policías, fabricantes de pensamiento y manipuladores de mentes dirigirán tranquilamente el mundo como les plazca. En efecto, esta descripción de Huxley se ajusta perfectamente a la situación actual.
“En septiembre de 1960 se nombró a Huxley profesor invitado del Centennial Carnegie en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Boston. Estuvo allí sólo un semestre, tras el cual fue despedido. ‘Mientras estaba en esa ciudad, Huxley creó un círculo en Harvard…’.”
“El tema público de ese círculo o seminario de Harvard fue la religión y su significado en el mundo moderno. [...] Michael Minnicino, en un artículo publicado en la revista The Campaigner en abril de 1974 [...] afirma: ‘Huxley estableció contacto durante su período en Harvard con el presidente de Sandoz, que a su vez trabajaba en un encargo de la CIA para producir grandes cantidades de LSD y psilocibina (otra droga sintética alucinógena) para MK-Ultra, el experimento oficial de la CIA en la guerra química’, un experimento que usó a humanos como conejillos de Indias para sus a menudo letales experimentos que, en muchas ocasiones, implicaba el uso de LSD. [...] Además, la Universidad McGill, en Montreal, Canadá, una institución de educación superior vinculada al Bilderberg, realizó también experimentos en la década de 1960 dentro del programa MK-Ultra bajo los auspicios de un fascista degenerado del Tavistock, John Rees, utilizando como sujetos a niños de orfanatos locales, a los que torturaban y luego suministraban diversas dosis de LSD. [...] Según documentos recientemente desclasificados por la CIA (gracias a la Ley de Libertad de Información), Allen Dulles (en aquellos tiempos director de la CIA) compró más de cien millones de dosis de LSD, ‘muchas de las cuales acabaron en las calles de Estados Unidos a finales de la década de 1960?, según afirma Minnicino en el artículo citado anteriormente.”
“‘…Miles de estudiantes universitarios sirvieron como conejillos de Indias. Ellos [los estudiantes] enseguida empezaron a sintetizar sus propios ‘ácidos”.”
“‘…la inmensa mayoría de los que se manifestaban contra la guerra fueron a Studentes for a Democratic Society a causa de la sensación de ultraje provocado por la situación en Vietnam. Pero una vez atrapados en la atmósfera creada por los expertos en guerra psicológica del Instituto Tavistock, e inundados con el mensaje de que el hedonismo y la defensa del país era una alternativa legítima a la guerra ‘inmoral’, su escala de valores y su potencial creativo se desvanecieron en una nube de humo de hachís’, escribe el autor en la monografía citada anteriormente.
Creando la contracultura
“La ‘guerra’ cultural abierta, aunque no declarada, contra la juventud norteamericana empezó de verdad en 1967, cuando el Bilderberg, para conseguir sus objetivos, comenzó a organizar conciertos al aire libre. Mediante esta arma secreta, lograron atraer a más de cuatro millones de jóvenes a los llamados ‘festivales’. Sin saberlo, los jóvenes se convirtieron en víctimas de un experimento perfectamente planificado con drogas a gran escala. Las drogas alucinógenas [...] cuyo consumo propugnaban los Beatles [...] se distribuían libremente en estos conciertos. No pasaría mucho tiempo antes de que más de cincuenta millones de los que asistieron (entonces de entre 10 y 25 años de edad) regresaran a casa convertidos en mensajeros y promotores de la nueva cultura de las drogas o de lo que acabó conociéndose como la ‘New Age’.”
“El mayor concierto de todos los tiempos, el ‘Woodstock Music and Art Fair’ al aire libre, fue calificado por la revista Time como un ‘Festival de Acuario’ y como ‘el espectáculo más grande en la historia’. Woodstock se convirtió en parte del léxico cultural de toda una generación.”
“‘En Woodstock -escribe el periodista Donald Phau-, casi medio millón de jóvenes se reunieron para que les drogaran y les lavaran el cerebro en una granja. Las víctimas estaban aisladas, rodeadas de inmundicia, hasta los topes de drogas psicodélicas y se las mantuvo despiertas durante tres días consecutivos, todo con la plena complicidad del FBI y de altos cargos del gobierno. La seguridad del concierto la aportó una comuna hippie entrenada en la distribución masiva de LSD. De nuevo serían las redes de la Inteligencia militar británica las que lo iniciarían todo’, con la ayuda de la CIA a través de su ex director William Casey y de sus contactos con Sefton Delmer del MI6, cuyo contacto Bruce Lockhardt fue el controlador del MI6 de Lenin y Trotsky durante la revolución bolchevique.”
“Tendría que pasar todavía otra década antes de que la contracultura se integrara en el léxico norteamericano. Pero las semillas de lo que era un proyecto titánico y secreto para darle la vuelta a los valores de Estados Unidos se sembraron entonces. Sexo, drogas y rock and roll, grandes manifestaciones en toda la nación, hippies, drogadictos que abandonaban los estudios, la presidencia de Nixon y la guerra de Vietnam estaban desgarrando la misma fibra de la sociedad norteamericana. Lo viejo y lo nuevo chocaban de frente sin que nadie fuera consciente de que ese conflicto formaba parte de un plan social secreto, diseñado por algunas de las personas más brillantes y diabólicas del mundo…”
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