Hola a tod@s:
Soy nueva en el foro y tengo dos hijos un niño de 10 y una niña de 3. Ambos son ovolactovegetarianos. Cuando me casé mi marido ya sabia que era vegetariana así que llegamos a un acuerdo táctico yo cocinaria vegetariano para ambos pero cuando el quisiera carne o pescado debería comprarla y cocinarla él. Al principio Raúl compraba un filete o algo de pescado para cenar dos días a la semana. Con el paso del tiempo empezó a preferir los alimentos vegetarianos todas las noches (evidentemente se digieren mejor) y comía carne sólo a medio día en restaurantes de menú pero cada vez menos. Yo me esforzaba mucho en la cocina (ahora ya no me hace falta, ya tengo tablas) y al cabo de tres años de vivir juntos sólo comía carme en Navidad (costumbre que también dejó gracias a Dios) Cuando nació nuestro hijo mayor no hubo problemas pués su padre ya era ovolactovegetariano. Aún teniendo que discutir con abuelas y pediatras mi hijo creció sano y fuerte igual que mi hija pequeña. Hace un mes di el salto al veganismo y se lo propuse a mi marido y a mi hijo y decidieron no renunciar a los lacteos y a los huevos aunque les expliqué las ventajas de la alimentación estrictamente vegetal. Como han decidido no secundarme (están en su derecho, como yo en el mio) he llegado co ellos al mismo acuerdo. Ellos comprarán los lacteos y los huevos cuando les apetezcan y yo seguiré haciendo apetitosísimos platos veganos hasta que se olviden de comprar porque todo es una cuestión de costumbres. Yo tengo fe ye no desespero.
En cuanto a lo de probar la carne.... Cuando Alejandro tenía cinco años se empeñó en que quería una hamburguesa en el MC Donal`s y de hecho lo pidió como regalo de cumpleaños. Tras valorarlo decidimos llevarle y dejar de mitificar la carne como un manjar (el pensaba que era delicioso) Le pedimos un pack de niños y casi no se comió ni las patatas. Cuando llevaba dos bocados dijo que no le gustaba que las mías erán muchísimo más ricas y jamás volvió a pedir carne. Que habríamos hecho si le hubiera gustado (aunque yo sabía de antemano que era imposible) pués no prohibírselo pero dejarlo cómo algo muy ocasional hasta que se le pasara porque la experiencia me a demostrado que con tiempo y paciencia se solventan todos los problemas en la alimentación que hemos elegido para nuestros hijos.
Saludos.