España ha ganado el mundial de fútbol pero yo no me emociono. Y mira que soy futbolero, y mira que soy "festejante", y alegre... pero nada! Yo no me identifico con esa bandera. Si el mundial lo juegan selecciones de naciones y este concepto responde a un criterio político, es obvio que todo lo que se pone en juego en un campeonato mundial de selecciones no puede sustraerse a "lo" político. Y se quiera o no, esta selección está formada en su base y en su mayor parte por jugadores de un país al que no representa esa camiseta roja, esa bandera, ese himno y esa afición en la que dicho sea de paso, parecen esforzarse por ver quien de sus miembros alcanza mayores cotas de palurdismo.
Sorprende que por ejemplo Erfoud (cuyas opiniones casi siempre comparto y aprecio) critique toda la movida mercantilista, patriotera, y de exaltación de la estupidez que gira en torno a este mundial, cuando no hace tanto mostraba su alegría por el triunfo del Barça en la Liga. No lo entiendo. Si se trata de lo estrictamente futbolístico, el triunfo de esta selección representa la continuación del triunfo del Barça, de su estilo, de su filosofía, de su carácter... en definitiva, de Catalunya.
En cambio si de naciones hablamos, yo no me identifico con la rojigualda, los (no) valores que transmite esa enseña no suponen algo que sea para sentirse orgulloso. Si las banderas constituyen en definitiva unos símbolos en los que quedar plasmado la historia y el carácter de un pueblo, la verdad es que la bandera de España sólo me sugiere ausencia de libertad, intolerancia, desigualdad, incultura, imposición, autoritarismo, desorganización, oscurantismo, injusticia, falta de educación, falta de respeto a lo diferente, racismo, y -por lo que aquí nos toca- el secular maltrato a los animales como verdadera seña de identidad por la que somos conocidos en todo el planeta(ese pobre toro, siempre torturado, erigido en en emblema nacional). Un país de brutos, incapaz de ser compasivo incluso con sus propios compatriotas (Guerra Civil), un país sin capacidad de perdón, sin memoria histórica, ya que de tenerla sólo sería para avergonzarse de ella. Un país de fanatismos y de fanáticos, donde nunca ha prevalecido la razón frente a la desmesura y el griterío, donde siempre se ha avanzado a golpe de "esto es así porque lo mando yo", donde se han dejado frases tan preclaras para la historia del pensamiento como "Vivan las cadenas!" y " Viva la muerte” o “Muera la inteligencia!". Donde su mayor contribución al progreso han sido inventos sofisticados tales como la fregona o el chupa-chup... La inquisición. En fin, para que seguir...Claro que esta bandera también me sugiere sol, playas y fiesta, pero para eso ya me serviría observarla o disfrutarla como mero turista. Ser español ya es pesado, asumirlo duele. Estar orgulloso de ello es para hacérselo mirar.
Ver a lo más casposo de la península enloquecer por un equipo compuesto en su mayoría por jugadores de unas nacionalidades a las que ellos mismos desprecian no deja de ser paradójico si no fuera porque estamos hablando de españoles. Sólo observando a sus aficionados vestidos de toreros y bigotudos guardias civiles, y donde gente de la calaña de Manolo el del bombo o el Lama la representan, ya nos debería producir la suficiente grima como para desconfiar de un país en el que sobresale gente así.
Sólo con escuchar a sus comentaristas deportivos (no importa el medio audiovisual en el que vociferen, son todos iguales) ya nos da una certera idea de que el español puede que acaso llegue a comprender el significado del verbo competir, pero no así el del adjetivo "deportivo". Eso seguro.
Si los jugadores ganan mucho dinero, por mi parte, ningún problema. Especialmente en un país de especuladores, de vagos irresponsables, de corruptos, de oligarcas provincianos sin escrúpulos, de explotadores analfabetos, de funcionarios indolentes y acomodados. Me duele más las cantidades de dinero robadas por abogados que no ayudan, médicos que no curan, veterinarios que no aman a los animales, políticastros de mierda, ejecutivos avariciosos de grandes empresas, gente de la televisión que ni entretiene ni educa… si me pongo a pensar, el dinero ganado por los futbolistas es de lo más limpio que se reparte en esta selva capitalista. Al menos ellos lo generan realmente y no hacen más que lo que todos hubiéramos querido hacer desde la infancia: JUGAR. Al menos yo no he sido con nada más feliz que jugando, en especial al fútbol. El dinero de los otros a los que hacía referencia es el dinero que me duele -y apesta- de verdad.
Catalunya no es España (ni Euskal Herria tampoco) por más que los (deliberadamente) desinformados españoles lo pretendan. Los sentimientos no se imponen. Para millón de personas, el que salió a la calle en Barcelona el sábado pasado, sin evento deportivo por medio. Pero España siempre le dio la espalda a esos catalanes y a esos vascos que ahora les han llevado a aclamarles como campeones, campeones, oé, oé, oé…
Creo que la verdadera representación de la España futbolera es el Real Madrid, siempre lo ha sido. Los valores, las características del madridismo son coincidentes con las del españolismo chato. El catalán y antitaurino Puyol no es el Raúl castizo y torero celebrando títulos dando capotazos, ni el espíritu y los valores que transmiten La Masía (o Lezama) tienen nada que ver con el ordeno y mando del señorito de turno, llámese Santiago Bernabeu, Paco Franco o Florentino Pérez (brillante gestor que diría el bueno de Del Bosque, ja, ja). Por cierto, apuesto lo que sea a que Aznar terminará siendo aclamado presidente del Madrid.
Que no! Que los españoles no entienden todavía lo que es (o debería ser) España, y que como no quieren entenderlo, se van a quedar ellos con su toro, sus insultos, su caspa, su himno militar, su Guardia Civil y su Manolo el del bombo. Lo triste es que antes de eso, una vez más, se han aprovechado de las virtudes de otros para hacerlas pasar por suyas. Tan deportivos, integradores y humildes como siempre.