Aunque son escasos, existen bancos de leche materna.
Para los casos en los que hay intolerancias o alergias a las fórmulas de leche artificiales sí que supone una "tabla de salvamento" para el niño, por ejemplo, pero plantearlo como un modo de producción teniendo en cuenta los condicionantes culturales (la idea de su procedencia) no creo que saliese adelante...
Por otro lado, supongo que no nos costaría demasiado digerirla dado que está adaptada a un intestino inmaduro, aún así seguiría sin verle el sentido a tomarla una vez se llega a la edad adulta...