¿Pondrías arsénico en tu cepillo de dientes?. El flúor, un veneno casi tan potente como el arsénico, está presente prácticamente en todos los dentífricos y enjuagues dentales.Peligros del Flúor
Por increíble que nos parezca, no sólo el flúor no previene las caries, sino que daña el esmalte de los dientes provocando fluorosis dental: los dientes pierden su coloración natural, se vuelven más frágiles y se rompen con facilidad. Además, el flúor provoca la precipitación del calcio, lo que daña la estructura ósea, de la que los dientes forman parte, al estar compuesta principalmente por calcio. También puede provocar osteoporosis. La acumulación de depósitos de calcio en las arterias puede dar lugar a afecciones cardiacas y arterioesclerosis. El flúor también mineraliza los tendones, los músculos y los ligamentos volviéndolos quebradizos, dolorosos y poco flexibles.
El flúor se acumula en la glándula pineal, provocando una reducción en la producción de melatonina, una hormona de efectos anticancerígenos que producimos durante el sueño.
El efecto nocivo del flúor sobre la glándula tiroides ha sido demostrado en cientos de estudios a lo largo de todo el mundo.
El sobrepeso y la obesidad son los síntomas más conocidos y visibles de los trastornos de la tiroides, sin embargo hay otras señales de crisis tiroidea que no son visibles y no llegan a ser aparentes hasta que la persona afectada alcanza un “punto de ruptura”. Estas señales incluyen profundos cambios conductuales, problemas neurológicos, perturbaciones del sueño y de la memoria, demencia, apatía, psicosis, fatiga, depresión, letargo o pérdida de iniciativa, aumento de los niveles del colesterol y de acuerdo a la Fundación para la Tiroides de Canadá “deterioro intelectual general”.
El ácido fluorídico corroe casi todos los metales, por eso el interior de los tubos de dentífrico con flúor es de plástico.
El flúor es un excelente bactericida, por eso se incorporó en los dentríficos y otros productos de higiene oral. En algunos países como Estados Unidos el agua es fluorada para prevenir las caries, pero numerosos estudios demuestran los mismos niveles de caries en poblaciones en las que el agua está fluorada en comparación con las que no lo está. Los filtros de carbón activo no eliminan el flúor, el único capaz de eliminarlo de las aguas fluoradas es un filtro de osmosis inversa y la destilación. También hay que considerar que algunas marcas de agua mineral contienen altos niveles de flúor.
Investigadores austriacos verificaron en 1970 que incluso 1 ppm (1 parte por millón equivale a 1 mg por litro) de concentración de flúor puede provocar hasta un 50% de daño en las enzimas del ADN que se encargan de reparar las células, lo que acelera el proceso de envejecimiento.
Estas fueron las palabras que pronunció el responsable del departamento químico del Instituto Nacional de Cáncer, el doctor Dean Burk, ante el congreso de USA en Julio de 1976: “De hecho, el flúor causa más mortalidad por cáncer en humanos y más rápido que cualquier otra sustancia química.”
Hitler ya usó el agua fluorada para controlar la población de los territorios ocupados (no lo usó en Alemania). En China también se usó para el control de natalidad.
El flúor es un producto de desecho de la industria de los fertilizantes de fosfato. Estos desechos son demasiado peligrosos para verterlos en el medio ambiente, con lo que decidieron usarlos para la “higiene oral” y añadirlos al agua de consumo. El flúor también se emplea en la fabricación de uranio enriquecido para las centrales de uranio y la construcción de armas nucleares, así como en la fabricación de insecticidas y veneno para ratas y cucarachas.
Además del flúor añadido a pastas de dientes, hilo dental, lavados bucales y otros productos de higiene dental, también encontramos flúor en el té (sólo está presente en el té, no en otras infusiones herbales), medicamentos antidepresivos como Prozac y en las sartenes y cazuelas antiadherentes de Teflón.
No confíes en el flúor para evitar las caries basta con que lleves un estilo de vida saludable, elijas alimentos naturales y evites el azúcar y los alimentos procesados.
ALTERNATIVAS
Hay que evitar a toda costa la pasta dentífrica con flúor. Los enjuagues con agua sólo o con agua y sal es suficiente. Recuerda que la boca, como cavidad húmeda en la que se hallan mucosas, es el elemento perfecto para que el flúor se absorba y llegue a la sangre.
El agua directamente de manantial, no tratada, suele ser la mejor opción. El agua del grifo se puede destilar, siendo esta la única manera de separar con éxito cualquier sustancia extraña que pueda contener.
Para salar hay dos opciones, la sal cristalina, que contiene los 84 oligoelementos esenciales para la vida, o la sal marina no refinada. Ambas a años luz del cloruro sódico fluorado y refinado que nos venden como sal en los supermercados.
La fluorización del té parece muy extendida, por lo que es mejor elegir otras infusiones.
Para más información se recomienda leer “The Fluoride deception” (El Engaño del Flúor) de Chistopher Bryson, productor de la cadena televisiva BBC, que es el resultado de los 10 años que invirtió en investigar sobre el flúor.
VIDEOS:
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