Ay erfoud! este fin de semana he asistido de invitado-acompañante a una boda. Me acordé de lo que comentas cada vez que los camareros en el banquete retiraban los platos a rebosar y muchos sin tocar de marisco, luego de pescado... y para terminar de cordero. Menudo despilfarro y cuánto animal muerto, ecosistema esquilmado y otras barbáries para el capricho de unas trescientas personas .
Imposible disfrutar de estas celebraciones. Fuí el único vegetariano y mi sensación de estar fuera de lugar participando de ese espectáculo me abrumaba y pesaba en la conciencia.
Creo que ya voy a evitar participar de tanta ostentosidad. Deberíamos prodigar la sencillez y la creatividad como pilares de nuestros mejores momentos. Estamos muy lejos del humano del mañana y, quizás, hasta que no nos veamos con el agua al cuello, no reaccionaremos en su justa medida. Para entonces ya veremos.