Contestaría a dos: comer fuera de casa (en todas sus posibilidades) y sobrellevar mi vegetarianismo en el entorno familiar, sobre todo ahora que intento dar mi paso a vegana... Que parece ser que ya "les complico" demasiado la vida y les hago "sentir mal" por si no como sus postres con lácteos y huevos, con lo fácil que es sustituir estos ingredientes.
Puf, y por no hablar de las ideas erróneas del calcio y los lácteos...