Si hace una semana comías carne es bastante sorprendente. A mí me produce también cierto asco, pero supongo que es el hecho de llevar ya tiempo sin probarla y, por lo tanto, sin engañar con el apetito otras sensaciones como el olor, el aspecto, el tacto o, simplemente, el recordar lo que es... un pedazo de carroña con aspecto mejorado tras el desmenuzado, el desangrado y el cocinado.
Un saludo sabannia y a partir de ahora le comentas a tu marido que se ponga el delantal para manipular despojos animales (jeje).