Iniciado por
susanamaria
Frantxi, lo de la importancia del desayuno y cenar liviano no es algo reciente que se hayan sacado las autoridades de la manga.
Hay refranes muy antiguos que hablan de ello como : "desayuna como un rey, como como un príncipe y cena como un mendigo" o este otro que decía siempre mi abuela: "De grandes cenas están las sepulturas llenas". Por cierto, mi abuela nunca cenaba, se tomaba un café con leche sobre las 7,30 de la tarde con un pequeño bocadillo de jamón cocido o tortilla francesa, siempre de un huevo, o algo de bollería, porque era muy golosa, y vivió 89 años.
Yo cuando ceno mucho, aunque no sean alimentos grasos o pesados, duermo fatal, tengo pesadillas y me levanto con el estómago hecho un asco. Por algo será.