…es decir el amor…y el amor a uno mismo antes que ningún otro amor… atreviéndose a contradecir toda recomendación ética de altruismo o de negación de si mismo, o de pérdida del “ego-ismo”…de la que suele preciar cualquier persona de buena voluntad o cualquier asociación religiosa, aunque lo hagan de forma hipócrita…
yo no voy a contradecir a unos ni a otros… pues siempre intento hacer de toda contradicción una verdad superior que a las dos venza y a la dos incluya y concluya… como imbuido que estoy plenamente en la mentalidad del Avatar de Síntesis…
acepto, reconozco y sé perfectamente que la autoestima es fundamental para la buena salud física y psicológica… pero pienso que esta autoestima no se debe buscar deliberadamente…sino que se da por añadidura… de la misma forma que para sentirse orgulloso de uno mismo ante la humanidad es necesario el cumplir una función útil a la sociedad… y no al revés… no por sentirnos orgullosos de nosotros mismo somos útiles a los demás… sino que al ser útiles a los demás nos sentimos orgullosos de nosotros mismo…
de la misma forma cuando salimos de nuestro mezquino egoísmo y proyectamos nuestra atención hacia el bien común logramos, casi sin querer, casi sin darnos cuenta… lograr un alto concepto de nosotros mismos… caminar con la cabeza bien alta al sentirnos un ciudadano de primera… por el simple hecho de tener un trabajo honrado y digno… o de simplemente procurar ser de provecho y útiles a los dem