Yo estuve en Cuba en el 2007 en un viaje relámpago de 4 días y sólo visité La Habana y las Playas del Este.
Fui muerta por la curiosidad que provoca que todo el mundo te diga que le encanta Cuba. A mí no me vuelven a ver por allí como no sea en un viaje de novio T.I en un 5* en Cayo Largo, vamos....
La Habana no me gustó nada. Todo viejo, cayéndose a cachos, calles malolientes con las aguas fétidas corriendo por ellas. La gente intentando timarte con todo, con darte una vuelta por los lugares típicos, con cobrarte por una botella de agua la primera vez, que me tomarían por cubana, imagínate, 0,10€ y la segunda, como ya me oyeron hablar, a 2 euros. El coco-taxi más de lo mismo, precio güiri.
Nos alojamos en una casa particular donde nos daban alguna comida, no se me olvidará el zumo de piña tan exquisito que probé allí. Los precios que nos decían en la casa que nos tenían que cobrar por comida en las tiendas o por transporte luego no se correspondía con los precios que pedían. No me mola nada ese tipo de turismo.
Inolvidable la heladería Copelia, sus camareras y la gente local (éramos dos y compartíamos mesa con otras dos personas cubanas que no conocíamos de nada). Era tan barata que invité a nuestros compis de mesa hasta que nos hartamos jajaja (el helado dudo mucho que estuviera hecho con leche, yo diría que con agua).
Eso sí, la gente que no vive del turismo, agradabilísima, un encanto.