Desde niña, como a los 8 años, empecé a ser consciente de que el cordero que me ponían en el plato y tanto me gustaba, era el mismo cordero que adoraba observar en la finca de mi abuelo. Que aquellos conejos con los que jugaba, eran los mismos que luego acababan en el arroz. Así que me fui negando a comer aquellos animales con los que más empatía sentía: cordero, cabrito, conejo, potro...pulpo, mero...y fue aumentando la lista hasta que llegó el punto en que sentía tales remordimientos que no podía comer carne. No podía soportar esa incoherencia en mi vida, luchando por acabar con la tauromaquia, rescatando perros y gatos...etc, y a la vez teniendo animales muertos en mi plato. Entonces busqué información, encontré el foro, y desde ese día me hice vegana.
Hasta el momento veía en la web de PETA vegetarianos y los admiraba profundamente pero siempre me recorría el pensamiento: ufff, tiene que ser tan difícil, sin queso, sin leche, sin helados...y en los restaurantes, habrá que dar mucho el coñazo....y todo eso hacía que no diera el paso.
Creo que si en mi vida se hubiera cruzado un vegetariano, con el que hubiera tenido oportunidad de hablar y compartir su experiencia, me habría hecho vegeta muchísimo tiempo antes.