El tratamiento dietético acertado
El mejor tratamiento y el más efectivo de la astenia primaveral es la prevención.
Los expertos coinciden en señalar que la clave para combatir y prevenir la astenia primaveral es mantener unos hábitos de vida saludables. En este sentido, es aconsejable: llevar un ritmo de vida ordenada, respetar las horas de sueño, mantener unos horarios fijos para acostarse y levantarse, realizar ejercicio físico moderado y llevar una dieta saludable y equilibrada.
La revisión de la alimentación es una condición fundamental para que el organismo extraiga de los alimentos los nutrientes que necesita con el fin de estimular el sistema de defensas y combatir los síntomas.
- La dieta tiene que estar enriquecida en vitaminas y minerales, nutrientes que participan en funciones diversas del sistema nervioso y de defensas y cuya deficiencia tiene una relación directa con nuestro estado de ánimo y de salud. En conjunto, la dieta puede ser marcadamente vegetariana (...). Abundarán las frutas, las ensaladas y las verduras combinadas con farináceos (arroz, pasta, legumbre, patatas...)(...).
- Las comidas a lo largo del día tienen que mantener un ritmo y un orden. Interesa distribuir la alimentación en 5 tomas si pasan más de cuatro horas de una a otra. No pueden faltar el desayuno, el almuerzo, la comida, la merienda y la cena.
- El desayuno será consistente y aportará energía suficiente para poder mantener el ritmo de tareas que se presentan durante la mañana. Las sustancias excitantes como el café o el té se pueden sustituir por los equivalentes sin cafeína o por preparados solubles a base de cereales (malta, achicoria...). Los alimentos como el pan o derivados (galletas, cereales, pan tostado, de molde...) son básicos y se preferirán los integrales que aportan más fibra y mayor densidad nutritiva. Una fruta fresca rica en vitamina C compensa parte de las necesidades aumentadas de este nutriente, y se puede elegir entre: naranja al natural o en zumo, zumo de pomelo, mandarinas, fresas, kiwi o piña. Si se omite la fruta en el desayuno, ésta se reserva como aperitivo a media mañana.
- Entre horas, se puede tener optar por alimentos de mayor densidad en vitaminas y minerales: frutas diversas, jugos de hortalizas o de frutas, frutos secos, sandwich vegetales, macedonia de frutas y yogur, batidos de fruta y leche, etc
- Las comidas y las cenas estarán marcadas por la abundancia de los vegetales. Comenzar cada comida por un caldo vegetal, un puré de verduras caldoso o una ensalada variada es una buena elección. Los alimentos proteicos no deben faltar al menos una vez al día, y pueden ser el complemento de una comida o una cena equilibrada. Terminar o comenzar las comidas con una ración de frutas es todo un acierto. El café de la sobremesa encuentra un sustituto más acertado en las infusiones digestivas o relajantes.
- Las cenas serán más ligeras y se tomarán al menos dos horas antes de acostarse, para que la digestión no interfiera con el sueño, y éste pueda ser reparador. Una cena a base de un caldo vegetal o un puré clarito, una ensalada completa junto con un postre constituye una alternativa saludable para varios días. Se puede preparar una sabrosa, exquisita y nutritiva ensalada a base de: hojas de lechugas diversas, escarola, endivias, espinacas, hierba de los canónigos, cebolla, pepino, ajo espolvoreado, zanahoria, remolacha, tomate, espárragos, vegetales germinados... Cuanta más variedad de hortalizas y verduras incluya la ensalada mayor es la riqueza nutritiva, y esto se traduce en mayor vitalidad y energía. Como complemento del aliño, la levadura de cerveza, las semillas de sésamo u otros complementos dietéticos, además de enriquecer en vitaminas y minerales los platos, proporcionan agradables sabores.
- Mantener el cuerpo bien hidratado es fundamental para contribuir al buen desarrollo de las distintas funciones orgánicas. De esta manera, se favorece la función renal e intestinal y el organismo no se sobrecarga de sustancias de desecho. Disponer de una botella de agua en un lugar fresco y bien visible es la mejor forma de obligarse a tomar la cantidad de agua necesaria. Esto se puede complementar con infusiones, zumos y jugos de hortalizas y frutas.
En determinadas ocasiones, el consumo de una dieta variada no es suficiente, y es preciso recurrir a un aporte vitamínico o mineral complementario, siempre bajo el asesoramiento profesional.
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