Una historia tibetana cuenta sobre un estudiante de meditación que, mientras meditaba en su cuarto, creía ver una araña descender frente a él. La amenazadora criatura regresaba cada día, cada vez más grande.
El estudiante estaba tan asustado que fue a su maestro a contarle su dilema. Le dijo que planeaba colocar un cuchillo sobre su falda durante la meditación, de modo que cuando la araña apareciera, la mataría. El maestro le aconsejó que no lo hiciera. En cambio, le sugirió que se llevara un trozo de tiza a la meditación y que cuando la araña apareciera, le marcara una "X" en la panza. Y que luego viniera a contar lo sucedido.
El estudiante volvió a su meditación. Cuando la araña apareció nuevamente, resistió el impulso de atacarla, en cambio, hizo exactamente lo que el maestro le había sugerido. Cuando más tarde se lo contó a su maestro, este le dijo que se levantara la camisa y mirara su propio vientre.
Allí estaba la "X".