La Dieta Atkins Contra la Obesidad, hipertensión, Diabetes, etc:
Las dietas cetogénicas PROTEICAS O YIN: tienen beneficios adicionales a la pérdida de peso y efectos secundarios infundados.
JoaquínPérez-Guisado
Departamento de Medicina, Facultad de Medicina, Universidad de Córdoba, España.
RESUMEN
Además de la pérdida de peso, también es importante enfatizar que las dietas cetogénicas son saludables cardiovascularmente y para el metabolismo glucídico, ya que promueven un perfil lipídico no aterogénico, el descenso de la presión arterial y disminuyen la resistencia a la insulina con una mejora en los niveles plasmáticos de glucosa e insulina. Estas dietas podrían tener efectos anticancerígenos, no tienen efectos perniciosos sobre el hígado o el riñón, no se asocian a acidosis metabólica, tienen muchas propiedades beneficiosas sobre el sistema nervioso central, no producen osteoporosis y podrían aumentar el rendimiento en la actividad deportiva de tipo aeróbico.
Palabras clave: Atkins, cáncer, diabetes, epilepsia, intolerancia a la glucosa, cetosis.
Beneficios cardiovasculares de las dietas cetogénicas.
En contra de lo que muchos científicos piensan, las dietas cetogénicas producen una mejora en el perfil cardiovascular, induciendo un efecto cardioprotector. Cuando se analizan los hábitos nutricionales de la sociedad norteamericana, se observa que se ha producido un aumento en el consumo de carbohidratos y que este patrón de consumo se ha asociado a la obesidad y al aumento en los marcadores aterogénicos como son los triglicéridos o VLDL. Para Dasthi y col. Al comparar una dieta baja en carbohidratos con una dieta baja en grasas, se puede comprobar que se produce un descenso en los niveles de triglicéridos y un incremento en los niveles de HDL más marcado en la dieta baja en carbohidratos que en la dieta baja en grasas, tanto a los seis meses como a los 12 meses de seguimiento.
En relación a los beneficios cardiovasculares, estas dietas también demuestran ser efectivas para la hipertensión. Esta eficacia podría ser debida a que las dietas bajas en carbohidratos corrigen anormalidades del metabolismo de la glucosa descendiendo la presión sanguínea y los niveles de glucosa e insulina. Esta conexión se basa en el hecho de que la insulina juega un papel importante en la regulación de la presión sanguínea, ya que los niveles de insulina son la principal causa de hipertensión asociada a la obesidad. Esto es debido a que la hiperinsulinemia produce antinatriuresis, antikaliuresis y antiuricosuria.
Beneficios en la prevención y tratamiento de la diabetes tipo II.
Las dietas cetogénicas también tienen beneficios en la prevención y tratamiento de la diabetes tipo II ya que mejoran el perfil glucémico, la sensibilidad a la insulina y los niveles plasmáticos de hemoglobina A1c. Por este motivo, estas dietas deberían de ser consideradas no sólo por su perfil cardiovascular saludable, sino también como terapia preventiva de la diabetes tipo II en personas con intolerancia a la glucosa.
El síndrome del ovario poliquístico
En relación a la resistencia insulínica se vincula el síndrome del ovario poliquístico, un desorden metabólico frecuente en mujeres que se encuentran en la edad reproductiva y que se caracteriza por insulinorresistencia, obesidad central y dislipemia. Westman y col. y Mavropoulos y col. Estudiaron los efectos de una dieta cetogénica en el síndrome del ovario poliquístico. Después de 24 semanas de seguimiento, la dieta cetogénica mejoró significativamente el peso de las participantes, el porcentaje de testosterona libre, la relación LH/FSH y la insulina en ayunas. Estos resultados indican los posibles beneficios de las dietas cetogénicas en mujeres con síndrome del ovario poliquístico.
¿Posibles efectos cancerígenos a largo plazo?
Muchos científicos piensan que las dietas más saludables deberían de contener un 50 a 70% de carbohidratos y que las dietas cetogénicas podrían ser potencialmente cancerosas debido a que existen estudios epidemiológicos que han asociado la ingesta de productos animales con la génesis del cáncer. Sin embargo, estos estudios están sesgados pues no tienen en cuenta el posible efecto de factores de confusión cuya presencia si se ha demostrado que se vincula al desarrollo del cáncer. Estos factores de confusión se relacionan con una dieta rica en carbohidratos y son: la contribución energética total de los carbohidratos, el índice glucémico, la carga glucémica, la glucemia e insulinemia en ayunas y tras una carga oral de glucosa. Por el contrario, las dietas cetogénicas han demostrado ser eficientes en la reducción del tamaño tumoral y la perdida de peso asociada al proceso canceroso, tanto en humanos como en ratones. Esta capacidad podría ser debida a una inhibición de la angiogénesis y una menor disponibilidad de glucosa por parte del tumor.
¿Posibles efectos renales y hepáticos?
Las dietas bajas en carbohidratos no producen alteraciones renales ni hepáticas. Esto es debido a que se trata de un proceso al que estamos fisiológicamente adaptados y que sólo podrá ser afectado por alteraciones o enfermedades que hayan deteriorado previamente la correcta función hepática o renal. Por ello, no nos debe de extrañar que las personas que tengan una correcta función renal puedan tomar dietas altas en proteínas debido a su inocuidad sobre el riñón normofuncionante.