Parece mentira la comida que tiene la señora esa para su familia. Es increíble que hoy en día la gente siga siendo tan, tan ignorante sobre estos temas, y más cuando lo tienes delante (o mejor dicho debajo) de las narices (en forma de grandes cantidades de su propia grasa corporal). Lo de los niños llamándole patatas a los tomates no me ha extrañado porque ya vi una cosa parecida hace tiempo y aluciné en su día, por eso no me venía de nuevo, pero es para ponerse a llorar. También oí una vez que a un niño que le preguntaron de dónde vienen los pollos (refiriéndose a huevos), y contestó que del supermercado.
Qué triste.