En mi barrio habia tres sitios clave para comprar las chuches:
Uno era "la señá María", que vivia en el bajo de un bloque de 4 pisos. En el balcón enrejado de esa casa tenía las cajas de chuches, una mesa y una silla mecedora donde pasaba las horas esperando a que los crios fueran a comprar. Siempre estaba en la terraza y comprabamos a traves de los barrotes.
Parecida a esa, habia otra casa unas cuantas calles más abajo, con una señora igual de enjuta y ancianita y con su silla en el balcón enrejado. Las chuches estaban algo peor, pero eran más baratas. No recuerdo su nombre.
Luego estaba otra mujer que vivia en un primero. Iba en silla de ruedas y tenias que ir a su casa para comprar. Llamabas al telefonillo y decias que ibas a por chuches, entonces te abria y entrabas. Al subir al primer piso ya percibias el olor a casa vieja y sucia, era un olor rancio espantoso. Ella estaba esperando en la puerta y te dejaba entrar al salon, donde, en una de las estanterias tenia varios botes de chuches. La verdad es que algunas veces estaban algo durillas, pero por lo general no estaban malas. Mi madre no queria que compraramos a esta mujer, pero como suele pasar a esas edades, no le haciamos ni caso. La mayoria de los crios le teniamos miedo a esa mujer, sobre todo porque fue la primera persona en silla de ruedas que algunos conocimos. A veces, nos inventabamos historias de miedo con esa casa y con ella...