Yo no lo presencié sinó que lo causé:
De crío me obligaban a ir a misa, una vez estabamos en alguna otra parte y fuimos a una iglesia que no era la habitual. Una vez cruzada la puerta de entrada, habia unos cortinajes larguísimos y totalmente opacos entre los que me perdí. Total, al ponerme nervioso, fuí apartando cortinas aquí y allá hasta que se descolgaron las barras y cayeron al suelo, con el espasmo del susto, le di un golpe a alguna de las muchas cajas que hay para poner dinero rompiendola y desparramando al suelo todas las monedas...
Al fin logré salir y no me habia dado cuenta de nada, vi a mi pare sonrojado, el cura que habia parado la misa viniendo hacia nosotros... Al final no pasó nada que recuerde, a parte de la vergüenza de mis padres...