En otra visión le informaron que en 1986 una explosión nuclear tendría lugar en una estructura de cemento cerca de un río en Rusia. Morirían cientos de personas. Este desastre tendría algo que ver con la palabra “ajenjo”. La profecía también resultó ser extremadamente exacta. En 1986, el reactor nuclear en Chernobyl explotó contaminando a miles de personas. La palabra rusa Chernobyl significa literalmente “ajenjo”. Otras visiones apuntaban al colapso del comunismo, o la guerra con Irak en 1990.
Brinkley asegura que cada persona ha elegido encarnarse para un propósito específico y que parte del objetivo de nuestras vidas es descubrirlo y luego llevarlo a la práctica. “Así que, cuando terminas tu trabajo, te regocijas de regresar al mundo espiritual. Sin embargo, lo que más echarás de menos será el tacto. No existe en el mundo espiritual etéreo. No puedes sujetar a nadie para luego soltarlo. Allí, trescientas mil personas pueden emerger en tu conciencia, todas pueden hablar al mismo tiempo y todas entienden lo que dicen las demás. Es una fusión de conocimiento. Aquí te juntas y separas, pero has de tocar el mundo y eso es un regalo”.