Ayss Ferrán Adriá... no puedo con él, me parece el signo más evidente de la estupidez colectiva a la que puede llegar el ser humano. Un señor se dedica a hacer guarradillas varias con la comida, coge un pepino y tras procesarlo de mil maneras extrañas y absurdas, sirve en un plato lo que queda del pepino original: 1 g de "maravillosas texturas", "una obra de arte", te cobra 60 o 100 euros por la gracia y es un genio.
Lo hago yo y me apedrean...
Lo siento, soy de esas paletas que, cuando va a un restaurante quiere comer, no que le pongan una mierdecilla en el centro de un enorme plato. Pa ver arte me voy a un museo
¡Pobres verduras navarras! En cuanto las pille el Adriá no las reconocerá ni su planta madre
No lo soporto ni a él, ni a toda esa caterva de cocineros snobs y divos que pululan por ahí últimamente.