Pues sí.Acabo de ver al "compasivo" Obama acariciando al pavo indultado. Me parece un acto tan hipócritamente asqueroso que mejor no digo más. Tan sólo dirijo mi emocionado recuerdo a aquellos maravillosos pavos que conocí en el Santuario de California, cariñosos, curiosos, a los que jamás olvidaré. Unos pocos salvados, muchos millones ultrajados y torturados