Uno de los más interesantes descubrimientos en la Psicología del Desarrollo de la religión es que este sesgo hacia el creacionismo parece ser cognitivamente natural. A los cuatro años de edad se insiste en que todo tiene un propósito, incluyendo cosas como los leones («para ir al zoo») y las nubes («para que llueva»). Cuando se pregunta porqué un manojo de rocas es puntiagudo, los adultos prefieren una explicación física, mientras los niños escogen respuestas funcionales, tal como «de modo que los animales puedan rasguñar en ellas cuando están irritados». Basada en tales hallazgos, Kelemen ha propuesto que los niños son propensos a la «promiscuidad teleológica» –ellos tienden, más que los adultos, a ver el mundo en términos de diseño y propósito (Kelemen 2004). Otra investigación encuentra que cuando los niños son directamente cuestionados sobre el origen de los animales y la gente, ellos tienden a preferir explicaciones que impliquen un creador intencional, aún si los adultos que los forman no las prefieren (Evans 2000, 2001).
(*) Paul Bloom es profesor de psicología en la Universidad de Yale. Su investigación explora como los niños y adultos entienden el mundo físico y social, con especial enfoque sobre la moralidad, la religión, la ficción, y el arte. Ha ganado numerosos premios por su investigación y enseñanza. Es expresidente de la Society for Philosophy and Psychology, y co-editor de Behavioral and Brain Sciences, uno de las principales publicaciones en el campo.
***
Comentarios
Bloom señala dos mayores sistemas intuitivos como la base de las creencias sobrenaturales religiosas. Desde una perspectiva neurocientífica, estos sistemas correlacionan con varias funciones y regiones neurales, aunque pocos psicólogos toman tal dirección explicativa, siendo el más claro y directo al respecto Pascal Boyer, quien, basado en colaboraciones con algunos neurocientíficos propone los sustratos de la ToM (en parte), de la empatía, la imitación, la detección de agencia, la detección de causa, el reconocimiento de emociones y de señales sociales; funciones todas que en resumen se sientan en amplios circuitos de las regiones parietal, temporal y frontal del cerebro humano (Boyer 2003, Boyer & Barrett 2006). Esta perspectiva integradora de datos psicológicos y neurocientíficos sustenta el análisis desarrollado en nuestro blog a través de cuatro tópicos sobre la creencia sobrenatural: «Correlatos neurales de la creencia sobrenatural», «Dopamina, pensamiento mágico y religión», «Paleoneurología, matemáticas y creencia sobrenatural» y «El papel de la serotonina».
Respecto a los sistemas independientes para las entidades físicas y las entidades sociales, debemos señalar un grupo de datos neurocognitivos vinculados al segundo, sobre la detección de intención (surco intraparietal, surco temporal superior), detección de señales sociales (surco temporal superior, amígdala, cortex frontoventral) y empatía (regiones temporal, límbica, frontoventral y frontomedial). Todo esto estructura el sistema de agencia (reconocimiento/atribución de animación/intención), cuyo componente nuclear es el reconocimiento de movimiento biológico en el surco temporal superior. Esta región es el sustrato fundamental y primario para tratar las entidades sociales.
En esta misma línea de conocimiento, el otro sistema, que de acuerdo con Bloom trata con entidades físicas inanimadas, en el caso de los cuerpos (humanos o animales) no resulta ser claramente independiente, aunque Blakemore et al. (2003) ha efectivamente identificado un sustrato neural para la contingencia mecánica en el lóbulo parietal superior y otro para la contingencia intencional en el surco intraparietal (región inmediata a la anterior). De hecho la sensibilidad al movimiento biológico consiste en reconocer la morfología del cuerpo humano, aunque, valga la redundancia, en movimiento. Este segundo sistema es sinónimo de la folk mechanics (= folk physics o naïve physics) y siendo que consiste en el procesamiento de aspectos como distancia, ubicación, trayectoria o movimiento de los objetos inertes y nuestras expectativas sobre todo ello, el sustrato neural debe abarcar las regiones visuoespaciales, de manipulación de herramientas y motoras por ejemplo, siendo las regiones parietal superior/posterior y temporal sobretodo y también frontal motora, importantes aquí. Hay pues una autonomía neuroanatómica, pero no del todo independiente de la atribución de animación.
Otros aspectos distintivos de la religión (aunque no exclusivamente pertenecientes a ella) como el antropomorfismo, la teleología o el pensamiento mágico, son igualmente reductibles al sistema de agencia y otros subsistemas asociados. Lo mismo ocurre respecto a la relación entre la agencia y el animismo, tal como la planteó Guthrie y como puede argumentarse neurocognitivamente.
Por otro lado, un rasgo importante de las creencias religiosas es precisamente su persistencia sociocultural. No parece suficiente el dualismo intuitivo o la hiperactividad de la agencia para el desarrollo y la expansión exitosa de una creencia religiosa, sino que confluye un aspecto interesante de la cognición humana recientemente estudiado: la sensibilidad de la atención y la memoria hacia la contraintuición. Es decir, mientras por un lado los propios sistemas inferenciales son combinables (p.ej. folk mechanics + folk psychology = objeto sagrado que oye las plegarias), por otro esta propia combinación de resultado contrafactual tiende a prevalecer en la memoria. Seguramente otros aspectos de la cognición humana, que se investigan en los niños para escudriñar sus principios básicos, confluyen también en la religión. Bloom nos señala pues otras líneas de investigación que ya arrojan resultados interesantes como la preferencia de los bebes por entidades empáticas (ver video).
http://www.youtube.com/watch?v=PnErC-JE8kU
Fuente: http://humanismonaturalistacientific...aul-bloom.html
Relacionado:
Falacia naturalista: http://respuestasveganas.blogspot.co...porque-es.html