En los últimos tiempos he leído algunos artículos y libros que alertan sobre el consumo masivo en mujeres de todas las dietas de Isoflavonas de Soja para combatir las molestias de la perimenopausia.
Hay muchos que dicen que ayuda contra los sofocos y demás molestias de esa época, incluso se ha hablado de que podían proteger contra el cáncer de mama o la osteoporosis, cuando otros lo niegan e incluso alertan de que su efecto podría más bien favorecer el cáncer de mama que prevenirlo.
Por eso me parece interesante aportar algunos datos procedentes de investigaciones que pego a continuación.
Traigo la parte final del trabajo, para los que les interese el tema pueden leerlo completo en el enlace de su publicación, y también las referencias científicas (que corresponden a los números que van al lado de cada afirmación) en que se basa.
Creo que si todas las mujeres a partir de la menopausia y antes por asuntos hormonales somos potencialmente un grupo de riesgo de cáncer de mama, no es de recibo que se siga fomentando el consumo de Isoflavonas de Soja como se está haciendo.
Aunque haya mujeres en el foro que no hayan llegado (la mayoría) a la época menopaúsica basta una pequeña encuesta entre las mujeres de la familia o las amistades para comprobar lo generalizado del consumo de Isoflavonas de soja.
Por último creo que sería interesante hacer llegar esta alarma a toda la población femenina climatérica.
"Cuestiones de Seguridad
http://healthlibrary.epnet.com/GetCo...hunkiid=125047
Estudios en animales han encontrado que las isoflavonas de soya esencialmente no son tóxicas.65
Aunque se han expresado temores por algunos expertos de que las isoflavonas de soya podrían interferir con la acción de los anticonceptivos orales, un estudio en 36 mujeres sugiere que dichas preocupaciones están infundadas.69
Puesto que las isoflavonas funcionan un poco como el estrógeno, existen preocupaciones teóricas de que no puedan ser seguras para las mujeres que ya han padecido de cáncer de mama. Estudios en animales han encontrado evidencias sugerentes de que bajo ciertas circunstancias las isoflavonas de soya podrían estimular a las células del cáncer de mama.75 - 77 Las evidencias de dos estudios preliminares en humanos encontraron cambios que sugieren que la soya podría aumentar ligeramente el riesgo de cáncer de mama.18, 97 Sin embargo, un ensayo clínico de doble ciego en 30 mujeres encontró que, a diferencia del estrógeno, el uso de las isoflavonas de soya no aumentaba la densidad del tejido de las mamas.4 (La densidad aumentada del tejido de las mamas es un factor de riesgo para el cáncer de mama). Considerando todas estas evidencias, la prudencia sugiere que las mujeres que han padecido de cáncer de mama, o que se encuentran en riesgo de contraerlo, deben consultar a un médico antes de consumir cualquier producto con isoflavonas.96
El estrógeno estimula al tejido uterino, de manera potencial aumentando el riesgo de cáncer uterino, pero parece que las isoflavonas de soya no afectan al útero en lo absoluto.16
Estudios y reportes preliminares han planteado preocupaciones de que el uso intensivo de productos de soya por mujeres embarazadas podría ejercer un efecto hormonal que impacta a los fetos nonatos.67, 68 Las isoflavonas de trébol rojo podrían presentar riesgos similares.
Parece que la soya tiene numerosos efectos potenciales que involucran a la glándula tiroidea. Cuando se administra a individuos con función tiroidea dañada, se ha observado que los productos de soya reducen la absorción de los medicamentos tiroideos.72, 73, 98 Además, ciertas evidencias insinúan que las isoflavonas de soya pueden inhibir directamente la función de la glándula tiroidea, aunque esta inhibición solamente puede ser significativa en individuos que presentan deficiencia de yodo.71, 99, 100 Sin embargo, para hacer las cosas más confusas, generalmente los estudios en humanos y animales saludables a los que se les administran isoflavonas de soya u otros productos de soya han encontrado que ya sea que la soya no tuvo efecto sobre los niveles hormonales tiroideos o en realidad aumentó los niveles.79, 101 - 104 El resultado final: En vista de los efectos complejos de la soya con respecto a la tiroides, los individuos con función tiroidea dañada no deben consumir cantidades grandes de productos de soya excepto bajo la supervisión de un médico.
Algunas evidencias sugieren que la isoflavona llamada genisteína podría dañar la inmunidad. Un estudio en ratones descubrió que la genisteína inyectada tiene efectos negativos en la glándula timo (un órgano que es importante para la inmunidad) y también causa cambios en la permanencia de diferentes glóbulos blancos consistentes con la inmunidad dañada.85 Aunque la genisteína fue inyectada más que administrada oralmente, los niveles sanguíneos de genisteína que produjeron estas inyecciones no fueron excesivamente altos; fueron comparables a (o incluso menores que) lo que ocurre en los niños amamantados con fórmula de leche de soya. Además, existen varios reportes de respuestas de inmunidad dañada en bebés amamantados con fórmula de soya.86 - 89 Aunque es demasiado prematuro concluir que la genisteína daña la inmunidad, estos hallazgos son una causa de preocupación.
Un estudio de observación planteó preocupaciones de que la soya podría dañar la función mental en los adultos.105 Sin embargo, los estudios de observación son mucho menos confiables que los ensayos clínicos y otros estudios insinúan que la soya o las isoflavonas de soya en realidad podrían tener un efecto benéfico sobre el conocimiento.96
Finalmente, existe un reporte de caso en el cual los suplementos de isoflavona de soya causaban dolores de cabeza provocados por migraña en un hombre que jamás había experimentado migrañas anteriormente; presumiblemente ésta era una reacción sumamente individual, como una alergia.