Pues eso, el título lo dice todo. Lo he intentado tres veces y tres veces me ha pasado lo mismo: a la tercera o cuarta semana de no comer huevos empiezo a tener mareos leves, aunque frecuentes. Vuelvo a incluir los huevos y de nuevo soy un roble. Con tres o cuatro huevos a la semana estoy perfecta. ¡No lo entiendo!
Estoy muy enfadada, porque de verdad quiero dar este último paso. No he tenido ningún problema en dejar la carne ni los lácteos, hace ya dos años, pero con los huevos es algo que, no sé por qué, se me resiste.
Mi dieta es, creo, de lo más adecuada. Las legumbres y los cereales integrales son frecuentes en mis platos... a veces hasta diría que en detrimento de las verduras, por lo que tema de proteínas no es muy factible.
Tampoco tomo café ni té que me impidan la absorción del hierro de los vegetales.
¿Qué más puede ser? Es que no quiero rendirme de nuevo...