No sé cómo me miró, porque yo a ella no la miré, pero parecía un poco incómoda, porque trataba de "arreglar" lo que yo decía, de suavizar las cosas, de cambiar de tema, y desviar la atención de los niños animándoles a preguntarme cosas como qué come la cabra, cuánto tiempo tiene, si se lleva bien con las gallinas... La pobre mujer lo hizo todo con su mejor intención, la verdad.