A mí alguna vez me ha pasado al contrario: vamos a un bar y me dicen que me piden algo de comer, insisto en que no quiero nada y piden algo supuestamente para que yo coma. Piden algo así como croquetas de verduras con una salsa blanca por encima (posiblemente mayonesa) y me dicen que coja. Les digo educadamente, que no, que gracias, que no tengo hambre y que no quiero, y les crispa. 'Coge, coge, si eso no lleva ná, joé, qué especialitos.'
Por partes:
-He dicho que no quería nada, gracias.
-Gracias por insistir pero pedid comida para vosotros.
-Si has pedido ese plato, por favor, no me hagas sentir mal porque consideres que yo deba comérmelo.
-Si decido no comérmelo no me hagas sentir mal porque lo hayas pedido para que yo lo coma, pese a mis indicaciones y ruegos.
-Otra persona en la mesa no comía porque no le apetecía, se respetaba, pues no te apetece, hija, pos vale. Sin embargo conmigo les faltó echármelo a la boca
No niego la buena intención, pero poco a poco les haré ver que no tengo que comer siempre que me vean, ni que vayamos a tomar algo. A ratos como, a ratos no. No pasa nada porque a ratos no coma. Lo entenderán, ¿no creéis? Jeje.