Me pasó una vez algo parecido. Era de noche, hacía un frío tremendo y no había ni un bar abierto donde meterse. Como fuera de casa muy pocas veces, pero esa noche iba con amigos y estábamos que nos comíamos unos a otros. Después de un buen rato, encontramos un bar de perritos calientes. No servían otra cosa. Pedí dos perritos con todo, pero sin salchicha. Qué pena no haberle sacado una foto a la cara que puso la cajera.
No sé si se puede llamar perrito a un pan relleno de kétchup, mostaza y cebolla frita. Menos es nada...