A ver si se conjugan dos cosas difíciles, primera que me acuerde y segunda que madrugue y si pasa, lo subo de nuevo mañana pa que se vea bien
“Mi optimismo está basado en la certeza de que esta civilización está por derrumbarse.
Mi pesimismo, en todo lo que hace por arrastrarnos en su caída.”
De la servidumbre moderna (2009) documental de Jean-François Brient
Si quiero tener hijos. Creo que es lo más hermoso que nos puede pasar a las mujeres. Eso sí, tengo claro que quiero ser madre soltera. Hace años que lo decidí y hoy por hoy no cambio de opinión.
Yo tambien creo creo que seré madre soltera. Menos mal que no soy la única, ya me siento bastante rara.
Sea cúal sea la pregunta, el amor es la respuesta.
http://liebreblanca-buscandolaluz.blogspot.com/
Esperemos que a la largaesa opción se vaya normalizando, por lo mneos lo suficiente para que no te miren como un bicho raro
“Mi optimismo está basado en la certeza de que esta civilización está por derrumbarse.
Mi pesimismo, en todo lo que hace por arrastrarnos en su caída.”
De la servidumbre moderna (2009) documental de Jean-François Brient
“Mi optimismo está basado en la certeza de que esta civilización está por derrumbarse.
Mi pesimismo, en todo lo que hace por arrastrarnos en su caída.”
De la servidumbre moderna (2009) documental de Jean-François Brient
Para mi no hay cosa en este mundo que más feliz pudiera hacerme que ser padre, no creo que haya nada en este mundo que más ilusión me haría que tener un hijo y que ambos nos sintiéramos orgullosos el uno del otro, enseñarle lo que yo he aprendido de la vida, comunicarle los valores que creo que son los valores que deberían dictaminar el sentido del ser humano y advertirle de las piedras del camino para que no tropiece en los mismos errores que tantas veces han provocado mi caída....
Pero lo que ocurre es que a pesar de que quiera tener un hijo más que nada en este mundo, no voy a tenerlo.
Traer un hijo a este mundo, y en este momento de la historia, y sobre todo inculcarle los valores que le inculcaría, significaría marcarle de por vida, sin duda sería un chico feliz y realizado cuando se hiciera mayor, pero estaría obligándole a vivir un verdadero infierno durante sus primeros años de vida.
Sin duda le enseñaría a hacerse valer y a imponer mediante el ejemplo y el carisma su posición de manera que no fuera un niño discriminado, pero durante una época, limitada en el tiempo, tendría que enfrentarse a la incomprensión e incluso rechazo de compañeros, profesores y familiares, algo realmente duro para un niño, que no comprende por qué le ocurre lo que ocurre, ni por qué su padre es diferente a los padres del resto de niños.
No quiero ni imaginar cómo sería su vida, un continuo trasiego de situaciones difíciles en los comedores, excursiones, campamentos, celebraciones, cumpleaños...
Creo que quiero tanto a mi hijo, que no le haría pasar por esto, me parecería injusto que por mi antojo de transmitir mis conocimientos y filosofía tuviera que cargar a sus espaldas con una historia de desencuentros y desavenencias de tan magno calibre desde su más tierna infancia.
Por otro lado, me siento frustrado, vencido y derrotado, si todos los vegetarianos con motivación renovadora y luchadora que dedican su vida a los derechos de los animales decidimos no tener hijos, se dará la circunstancia de que la tendencia jamás crecerá, simplemente surgirán, como surgimos nosotros en nuestro momento, personas en las que espontáneamente ha despertado el sentimiento de defensa animal, pero no se producirá jamás un relevo generacional que haría que el número de animalistas creciera de modo que dentro de, por ejemplo 500 años, nos hubiéramos multiplicado de manera exponencial.
Esto me hace reflexionar. Qué culpa tienen los animales de mi cobardía, qué me interesa más, no hacer pasar por un mal trago a mi hijo, o que algún día mi objetivo de liberar a todos los animales sea una realidad.
Si tengo un hijo le expongo a una vida dura, pero a la larga satisfactoria y reconfortante, pero colaboraré a que cada vez más personas sientan la necesidad de salvar animales, y colaboraré a la renovación generacional, si no lo tengo no sufriré, pero sentiré haber dejado de lado la causa animalista desde esa perspectiva...
Podría uno pensar que lo que puedo hacer es intentar convencer a los adultos, para que aumente el número de animalistas, pero todos sabemos que los verdaderos cambios de mentalidad sociales a gran escala se dan con los cambios de mentalidad en los cambios generacionales. De todos modos, si yo convenzo a la gente y se hacen animalistas, será un número pequeño, y sentirán la misma sensación de no querer traer un hijo a este mundo opresor...y seguiremos en la misma tesitura, un número más o menos constante de animalistas incapaces de crear un cambio a nivel mundial.
Esa es la incertidumbre, una incertidumbre sin respuesta....
Ojalá exista la reencarnación, y ojalá un día nazca en una sociedad en la que tener un hijo vegetariano sea normal, y poder disfrutar de una familia, y en la que mi hijo pueda enseñar a sus compañeros por qué es como es, sin que nadie le tache de loco.
Hijo mío, creo que en esta vida volverá a ocurrir que no podremos conocernos, y tendremos que esperar a otra vida para encontrarnos al fin, pero quiero que sepas que te echo de menos, y que me siento muy orgulloso de ti.
Un abrazo.