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Enigma
Creo que no nos estamos entendiendo. Aquí nadie defiende que se usen animales para experimentación (yo el primero). Por donde a mí me gustaría dirigir el debate es, encontrar un argumento sólido por el que el REACH (que es de lo que trata el topic) no debería llevarse a cabo, qué es exactamente en lo que ustedes están en desacuerdo, si se trata de la finalidad del proyecto, sólo el hecho de que usen animales, el que se use dinero de los contribuyentes en eso pudiéndose usar en otras cosas, etc... Pero un argumento empírico, no metiendo el lado emocional, que como comprenderán, no nos lleva a ninguna parte frente a una administración, o frente a una protesta de carácter legal.
Antes de continuar me gustaría aclarar una cosa, simplemente por añadir más información al debate, dejando claro que yo aún no me he pronunciado al respecto. Sin embargo considero importante que se tenga en cuenta, habida cuenta de los comentarios de algunos foreros que aluden a la "tortura" que sufren los animales, al parecer siempre (por lo que dan a entender) en cualquier proceso experimental.
Lo que quería comentar, es que es muy importante para entender esta controversia social saber distinguir entre el bienestar animal (animal welfare), y los derechos de los animales (animal rights). La primera denominación correposnde al tratamiento que los humanos debemos proporcionar a los animales para asegurar su comodidad y bienestar. El segundo término se refiere a la idea de que los animales poseen unos intrínsecos e irrebatibles derechos a la vida, la libertad y la consecución de su felicidad, más o menos como los inalienables derechos de la constitución de los EEUU de América. El concepto de "derecho de los animales", en su interpretación más tenaz, implicaría la prohibición de la domesticación de especies animales para la producción de alimentos, ni siquiera como mascotas. La comunidad científica apoya con fuerza el concepto de bienestar animal. Los científicos reconocen su obligación profesional de salvaguardar y mejorar las condiciones de vida de los animales de laboratorio. De hecho, por si no lo sabían, fueron precisamente los investigadores científicos que se ocupaban del cuidado de los animales de laboratorio los primeros en establecer, voluntariamente, a principios del sigo pasado, unos modelos que servían como pautas de cuidados mucho antes de que se alcanzara las primeras normativas de alcance federal en los EEUU.
En la actualidad hay una estricta regulación gubernamental de la investigación con animales, que obliga a las instalaciones y estabularios a cumplir con escrupulosas normas de limpieza, trato y cuidado general de los animales. Las sociedades profesionales y las revistas científicas tienen rigurosas exigencias con respecto a la experimentación animal, y cada día más. La publicación de los resultados derivados de una investigación en la que haya animales de por medio, requieren las pruebas de que se hayan cumplido tales normas. En cada laboratorio (especialmente los que reciben fondos federales) debe exisitir un Comité de Cuidados de Animales, que evalúan todas las propuestas de experimentos para asegurar que éstos se lleven a cabo con las mínimas molestias y dolor posible, y utilizando el menor número de animales posible para alcanzar resultados concluyentes. Estos comités están formados por científicos, veterinarios, biólogos y representantes de la sociedad (los últimos no teniendo que pertenecer a ninguna disciplina de las anteriormente citadas). Este colectivo es el que tiene la potestad de limitar o prohibir, según sea el caso, aquellos experimentos que no aborden adecuadamente el asunto del dolor inflingido a los animales, y cualquier propuesta experimental descabellada es rechazada rápidamente. Es más, los propios científicos saben que, experimentos desarrolados en animales que padezcan algún tipo de sufrimiento no ofrece ninguna garantía de proporcionar resultados satisfactorios. Un cuidado apropiado de los animales es esencial para obtener datos científicos precisos.
A lo que quiero llegar, es que en la mente de algunos aún parece estar grabada esas atrocidades que se hacían en laboratorios privados hace 40 ó 50 años, y creen que los animales siempre sufren dolor en cualquier experimento. Pero la realidad es bien distinta.
También, me gustaría repetir el detalle de la investigación biomédica. Es decir, lo que me gustaría es que se olviden de la desgraciada experimentación en industrias varias distintas a la biomedicina, tales como la peletera, la industria de fragancias y perfumes, la industria cosmética, etc... porque eso no es lo que aborda el REACH. El programa se centra en las sustancias que pueden provocar desórdenes fisiológicos.
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