Pobre ratita, que carita tiene A mi me encantan las ratas, en dos días me encontré 2 en brazos de la gente en el metro de madrid. Una la tenía un punki, la rata iba suelta y se paseaba por todo el chaval. Era graciosísimo. (Entre las pintas del chico y la rata os podéis imaginar cómo le miraban). La otra fue al día siguiente con una chica que la llevaba en un transportín y la sacó un rato. Otro día (hace ya muchos años atrás) me encontré una rata más grande que un gato en la orilla del río, y esa sí que me dio respeto.
Lo malo de las ratas de la calle (y de cualquier otro animal callejero) es que a saber lo que pueden tener