Bueno, la eyaculación precoz es básicamente un problema psicológico en el que intervienen, más allá de los nervios, factores como la mayor o menor atracción ejercida por la pareja de coito o el tiempo transcurrido desde la última eyaculación.
Por lo tanto, el consejo del doctor Calimero para los que os topéis con una eyaculadora precoz es doble:
- ¡Tenéis que ser menos hábiles, coñe! Un poco de torpeza rebajará la calentura de la eyaculadora precoz.
- Tenéis que ser menos atractivos. Cuanto más guapos, antes alcanzará el orgasmo la chica. Así que ahí cada cual debe tomar sus medidas: desde no afeitarse hasta, si uno es muy, muy guapo, conseguir que le huela el aliento un poco.
Si aun así la eyaculadora precoz lo sigue siendo, entonces sólo queda una solución: ¡Repetir el acto! Para ello, para evitar que la susodicha se duerma cual albalñil recién fornicado, bastará con utilizar la habitual táctica femenina para estas ocasiones, el ya clásico: "No te sientas mal, cariño, pero no me he enterado nada. Estas cosas suceden...".
¡Salud!