Estoy contigo. Me resulta que curioso que siendo animales que no podemos volar, hemos conseguido hacerlo. Hemos conseguido comunicarnos instantaneamente a km de distancia cuando no estamos naturalmente preparados para ello. Hemos conseguido aumentar nuestra esperanza de vida "artificialmente" cuanto, ¿de 40 años a 85? (así a groso modo). Y resulta que cuando encontramos la manera de llevar una vida sana sin la necesidad de recurrir a vidas ajenas no lo hacemos, e incluso intentamos buscar mil y una razones absurdas para no sentirnos culpables; y todo por que sencillamente no nos da la gana dejar de hacerlo.
A día de hoy el alimentarnos de otros seres es más una cuestión de gula que de necesidad.