CUANDO HAY QUE DEFENDERSE SIN ARMAS
Los hombres raramente son agredidos con el exclusivo fin de causarles daño; no obstante, se dan actuaciones de gamberros o inadaptados capaces de hallar placaer en golpear a alguien.
Las mujeres son más proclives a recibir agresiones de clara intención sexual. En cualquiera de los casos, y si no le es posible huir, ni posee un arma, o no puede improvisarla con ningún objecto, el único recurso que le queda es plantar cara a los agresores.
Muchas veces, la sola actitud decidida de hacerlo es suficiente para auyentar al agresor; en otros casos, bastará con un golpe para hacer desistir al agresor de su intención.
Usted tendrá a su favor el factor sopresa, ya que, por lo general, no esperan este tipo de reacción, y mucho menos aún si la víctima es una mujer, ya que el agresor la creerá indefensa.
Como ya se ha indicado antes, debe defenderse con decisión, si golpea con miedo, no logrará su propósito, se hará daño, e irritará aún más al agresor. Debe hacer daño de verdad.
Más aún, debe hacer el mayor daño posible si quiere realmente que el agresor desista o quede lo suficientemente lesionado y/o aturdido como para que usted pueda huir.
Si du ataque causa efecto y el agresor huye, no lo persiga. Podría invertirse la situación en contra suya. Aléjese del lugar. Cualquier elemento rígido que pueda manejar con comodidad es más contundente y eficaz que sus manos para golpear.
Como usar las manos para defenderse:
Aquí encontrará una serie de movimientos sencillos pero eficaces para defenderse; aunque puede practicarlos todos, es acojonsejable que elija sólo 2 o 3 de ellos, y los practique hasta dominarlos, como mínimo alguno para defenderse de frente, y otro por si le sujetan por la espalda.
Una colchoneta fijada a un árbol o a la pared es ideal para el ejercicio: le permitirá comprobar hasta que punto sus brazos o piernas adquieren la potencia necesaria. Para convencerse de la eficacia de los golpes que se recomiendan, compruebe, sin hacerse daño, en su propio cuerpo, la fragilidad de esas zona: la boca del estómago, justo bajo el plexo, en el hueco; el costado derecho bajo las costillas, la tráquea, de frente o de costado, la punta inferior del mentón, la nariz, por encima del labio; los ojos; los testículos y las rodillas estando la pierna apoyada. Precisamente en las piernas es dónde habrá que golpear y con furia. Veamos ahora cómo hay que hacerlo:
Sujeto por la espalda:
Si pretenden inmovilizarlo cogiéndolo con las manos por los brazos, la defensa estará en la piernas. Sin perder la estabilidad, exhe una rodilla hacia delante, y lleve el talón hacia atrás al mismo tiempo. Calculando la espinilla o rodilla del agresor que le sujeta, proyecta su pierna hacía atrás con toda su fuerza. Debe golpear con el talón en esos sitios. Repita el golpe hasta que lo suelten.
Si el agresor le suelta un sólo brazo, gírise hacia afuera para colocarse de frente y poder combinar con otro golpe.
Si intentan inmovilizarlo abrazándolo a la altura del pecho; flexione apenas un poco las rodillas al mismo tiempo que eleva los codos hacia afuera y hacia arriba con fuerza. Bastará para librarse del abrazo; baje con fuerza unos de los codos mientras se gira, brevemente, en la misma dirección. El codo, en puntam debe hacer impacto en el costado del agresor y puede bastar para dejarlo fuera de combate; girarse de frente al agrsesor por si es necesario combinar con otro golpe.
Si el abrazo es por debajo del pecho y no hay posibilidad de mover los brazos: eleve algo la rodilla y apunte con el talón a la espinilla o empeine del agresor, golpee una y otra vez; si es mujer y está calzada con tacones de punta, no golpee-pueden quebrarse-. Clávelo en el empeine del agresor, apoyese en él con todo el peso de su cuerpo, retuerza con fuerza sin retirar el tacón. Hará mucho daño; en cuanto se haya soltado, gírese para combinar otro golpe.
Sujeto por las muñecas:
La parte más débil de la mano que lo aprisiona es el dedo pulgar, entonces, actue de la siguiente manera:
Presiones con todo el brazo en sentido contrario al del dedo pulgar del agresor.
De inmediato, hágalo en sentido contrario retorciendo al mismo tiempo su propia muñeca hacia afuera. Puede atudarse con la otra mano si la tiene libre.
Una vez liberado, combine rapidamente con alguno de los golpes que se indica. Hágalo sin solución de continuidad. Aproveche el factor sorpresa.
Si es atacado de frente:
Son varios los golpes que pueden intentar para defenderse; incluso, de combinar un par de ellos. Lo más seguro es que la combinación sea entre un golpe de mano y otro de pie o pierna. Si cualquiera de eloos no es efectivo-será por error del golpe-para amedrentar al agresor, repítalo o combine con otro.
Observará que ninguno de los golpes aconsejadoses con el puño cerrado; golpear con los nudillos sólo es una técnica de expertos.
Hacer verdaderamente daño con el puño cerrado es difícil; además, es fácil romperse algún hueso de la mano.
Como un hacha:
La mano plana y todo lo rígida posible, el brazo, recojido hacia el lado opuesto y con la punta de los dedos cerca del hombro.
Habrá de golpear con el canto de la mano, entre la muñeca y los dedos.
Dirija el golpe hacia la garganta, la base de la nariza, o el entrecejo.
Como una lanza:
La mano plana y rígida con el canto hacia abajo y las puntas de los dedos hacia delante.
Recoja el codo un poco atrás de la espalda; descárguelo recto hacia delante. Los dedos rígidos y apretados unos contra otros, como si fuera una sola pieza.
Clave en la boca del estómago o por debajo de las costillas. También puede intentarlo a los lados de la garganta.
Como un puñal:
Cierre los puños de ambas manos. Haga que sobresalgan los índices, doblados y con las puntas apoyadas en la mano, de forma que queden como dos puntas sobresalientes. Lance ambas manos con fuerza hacia delante. Apunte a la garganta o los ojos del agresor.
Con toda la mano:
Golpear con el talón de la mano es un golpe de tremenda eficacia; si se aplica con rapidez y decisión, suele bastar con un sólo golpe.
Doble la mano hacia atrás formando casi ángulo recto con la muñeca, recoja brevemente el brazo, y láncelo con el talón de la mano hacia arriba. Apunte hacia la barbilla, la boca, la base de la nariz; su efecto puede ser demolador.
Con las piernas:
Si lo abrazan o sujetan por los brazos de frente o si neceita completar la liberación de muñecas, un golpe con las piernaspuede bastar para solventar la situación.
Adelante un pie sin perder la establidad. Como si fuera a andar, adelante el otro, y lance con fuerza esa rodilla hacia arriba, avanzando el cuerpo para dar más fuerza.
Apunte entre las piernas del agresor. Si da en el blanco, quedará fuera de combate.
Si está a mayor ditancia y quiere golpear con el pie, debe hacerlo con la pierna extendida. No intente golpear más arriba de la ingle del agresor, podría cojerle de una pierna, y derrotarlo completamente. Desde da distancia intente el golpe en la entrepierna, sólo si el primer golpe; para un segundo golpe, el agresor ya estará prevenido y le resultará fácil detener o esquivar cualquier golpe. Lance la punta del pie hacia delante y hacia arriba sin hacer ningún movimiento previo que pueda avisar del golpe.
Las piernas son más fuerte que los brazos, y no necesitan impulso especial. Apunte a la entrepierna, la rodilla, o la espinilla del agresor, hasta conseguir el efecto adecuado.
No es necesario que se convierta en un experto en autodefensa: como ya se ha dicho antes, elija sólo 2 o 3 golpes, y practiquelos hasta que los domine al 100%.
Golpee en todos los casos, con toda su fuerza y como si el blanco estuviera más atras de la distancia real.
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Nunca está de más saber estas cosas.
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