Varón. 42 años. 174 cm. 69 kg. Profesión liberal. Estresado, pues. Casado y dos críos. En el trabajo no me va mal, que ya es mucho decir. El año pasado estaba hecho una foca y el corazón empezó a dar señales de que había que cambiar algo en mi vida. El médico, amigo mío, me dijo que iba derechito al hoyo, que hiciera algo. ¿Cambiar de trabajo? Difícil. ¿Cambiar de mujer? Si es muy maja... ¿Cambiar a los críos? ¿Conocéis a alguien que quiera a dos niños hiperactivos?
No tenía muchos caminos que tomar. En principio, "desfofizar" la máquina en que se aposenta mi consciencia y hacer una dieta digamos que lógica. No tenía otra opción. A ver qué tal.
Empecé a buscar información a mediados del año pasado. Había oído hablar de dietas, las había seguido, pero siempre vuelves al punto de inicio y a veces peor de como saliste. Pensé que había que cambiar el hábito, me convencísteis en varias web de vegetarianos y en diciembre me despedí de mi último pedazo de carne (sé que aquí lo llamáis "cachocadáver", más o menos). Ahora me parezco más a vosotros que a "ellos".... creo que, desde diciembre, sólo comí una vez carne en enero y ya por puro compromiso. Considerando que yo antes era de los de solomillo, chuletones, jamón ibérico y delicatessen de esas a todas horas... creo que ha tenido cierto mérito dejar de tomarlo. Gustarme, creo que me siguen gustando, pero no me llaman la atención. No sé qué haré si voy a una boda y me ponen cabrito o cordero en mi plato, respecto a ese tema ya os comentaré....
Me ha extrañado ver que a veces a la gente le resulta difícil comer en restaurantes porque a mí no me ha pasado eso. Siempre que voy a uno hay varios platos donde no hay ni carne ni pescado; eso sí: a la carta. Con la familia no ha habido problemas, mi mujer puso algún reparo pero al final se sumó a mi dieta, aunque a veces come algo de carne. Los "ninios" siguen con su dieta habitual (comen carne o pescado cuando les apetece, como unas cuatro veces por semana) Mi mujer empezó a dejar de comer y, al encontrarse mejor, suele comer carne una vez a la semana. Lo de los distintos platos y gustos lo solucionamos de la manera más sencilla: cocino yo.
Desde diciembre he perdido más de diecisiete kilos de grasa. Estoy feliz, mi corazón parece estar mucho más contento que yo, los dolores, las presiones y las arritmias han desaparecido hace meses. No me cuesta subir escaleras, ni las de la línea seis en Plaza de Castilla (ja), no me cuesta subir montes, no me cuesta andar. El cambio ha sido tremendo y os estoy muy agradecido porque me decidí leyéndoos aquí y en otras webs.
Bueno, pues pasados ya casi seis meses desde que me dedico a mis nuevos hábitos, y visto que no me parece que sea una moda pasajera, me presento aquí para comentaros que, de vez en cuando, veréis mi nombre comentando algo.
Y ahora os dejo, que me voy a dar una vuelta en bici con mis hiperactivos y aguerridos chavales. A ver si encuentro un avatar que me guste por ahí.
Lo dicho: gracias.