Vamos a ver, yo creo que en este tema hay que distinguir dos cuestiones bien diferentes: una cosa son las teorías conspirativas que estudian a quién beneficia toda esta situación de histeria colectiva, y otra el análisis frío de los riesgos reales que de la propagación pandémica del virus se puedan derivar.
En cuanto a la primera cuestión, no me cabe duda de que igual que se fabrican guerras a la carta se pueden diseñar bacterias. En ambos casos el único objetivo es generar dinero.
Pero el hecho de que tales teorías puedan ser ciertas no resta interés al estudio de la segunda: estoy de acuerdo con la mayoría de vosotros en que el miedo es la estrategia más extendida, por efectiva, para controlar a la población civil; pero el riesgo de pandemia existe y no está claro que sea inofensivo. Según tengo entendido, a pesar de que ahora mismo el virus en cuestión es muy parecido al de la gripe humana común, hay dos elementos que lo convierten en particular: por un lado, el virus ha atacado de manera especialmente agresiva a personas jóvenes; por otro, su mutación es imprevisible.
Es decir: la estrategia del miedo es real, pero la activación de las alarmas y los protocolos estatales de actuación ante posibles pandemias no es gratuita. De momento, un par de centenares de muertos no alarman a nadie. La gripe común produce más. Pero son muertos jóvenes. Y nadie sabe en qué va a acabar el asunto...
¡Salud!