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La industria cárnica utiliza el 70% de los recursos de agua fresca del mundo, y al mismo tiempo es un agente de contaminación de las fuentes de aguas subterránea y de los cuerpos de agua dulce que corren abiertos. Es una de las empresas que más inciden en la tala de bosques; se calcula que el 70% de la selva amazónica es talada para dar campo a la producción de carne. Grandes extensiones de terrenos propios para la agricultura han sido destinadas a la cría de ganado, por lo que la relación tierra - producción de alimentos se ha reducido, generándose escases de alimentos y también desempleo. Este renglón industrial provoca la desertización y acidificación de los suelos y es responsable de parte de las lluvias ácidas y del endurecimiento y pérdida de capacidad productiva para vegetales de los terrenos.
El ganado consume más del 50% de los cereales que se producen en la tierra y el 70% de la soya mundial; el costo y utilización de la energía y del transporte necesario para llegar al consumidor es inmenso, con un efecto medio ambiental importante. Enormes cantidades de electricidad se requieren para congelar los productos cárnicos y luego para cocinarlos. Pero además los estudios muestran que con estos alimentos que se destinan a la industria cárnica, se podría alimentar la población planetaria total, es decir que adicionalmente a los hombres y mujeres que ya comen, se podría calmar el hambre y la sed de esos 930 millones de personas que se acuestan con hambre cada noche y los cinco niños que cada segundo mueren de inanición en el mundo por carencia de alimentos, agua y pobreza extrema.
Tenemos pues, un campo de acción ecológica muy potente al alcance de cada uno de nosotros; hay en él, no solo una responsabilidad, sino una solución que está disponible, es expedita y fácil para reducir el calentamiento global, sin necesidad de realizar una inversión económica extra.
Ya hay en el planeta una masa crítica de vegetarianos y veganos; se ha dicho que el cambio a una dieta vegetariana de un número de población significativa, reduciría, en menos de seis meses, entre un 50 y un 80% el calentamiento global y recuperaríamos el planeta para sostener la vida en él. Esta es pues una solución efectiva, rápida y asequible de manera inmediata, con resultados rápidos y contundentes frente al calentamiento global, que acompañada de las otras soluciones y campos de actuación a los que vayamos accediendo, y que vayamos exigiendo, nos permitirán recuperar y disfrutar en paz y equilibrio éste hermoso planeta azul, el único que tenemos en el Universo. Además adoptaremos una actitud compasiva para con los que padecen hambre, seremos benevolentes con los otros seres vivos que dan alegría y colorido a la Tierra y ganamos beneficios para la salud cada día más evidentes.
Se está analizando y llegando a una política orientada a una reducción importante del consumo de carne a nivel mundial, así lo ha propuesto la FAO, lo ha adoptado el Panel Intergubernamental del Cambio Climático del Parlamento Europeo, se presenta para su adopción próximamente a las Naciones Unidas, ha sido objeto de legislación y política pública y económica en varios organismos estatales e intergubernamentales en Asia, África, Oceanía y empieza a ser discutido en América del Norte y en el Centro y Sur América, por los problemas ambientales y de salud que la producción e ingesta de todo tipo de carne tiene para el ser humano.
En diversas ciudades del mundo, el pasado 20 de marzo se celebró - con participación de líderes, artistas, ecologistas, defensores de animales, ciudadanos del común y dirigentes-, el Día mundial sin carne, en un intento por sensibilizar un mayor número de personas sobre el problema y demostrar caminos de solución. Así como se ha promovido y se ha legislado a favor de la reducción del consumo de cigarrillos, tabaco y alcohol, ahora, se está informando y promoviendo por motivos de salud, y ambientales, la reducción o eliminación de productos de origen animal en la alimentación.
Por lo tanto infórmese más, tome conciencia y haga parte del Circulo Ecológico de la Revolución de la Cuchara a favor del planeta y los seres vivos que cohabitamos en él. Sea vegetariano, sea ecológico, sea inteligente, sea noble, salve el planeta, para salvar a los que ama y salvaguardarse usted mismo.
* Maria Eugenia Gallo es profesora de la Universidad Pedagógica nacional, Colombia
http://elmercuriodigital.es/content/view/17749/103/