Bueno, no se si hacen que el cuerpo se vuelva vago o no.
Lo que sale en el documental "El carro de la compra de la señora Regan" (nada sospechoso de anticapitalista, y que por lo demás, tampoco me gustaron sus criterios) al comparar varias personas que se tomaban yogures de estos tipos, al menos a uno, le aumentó la cantidad de creosotas en sangre.
Con todo, y esto ya es una opinión personal, prefiero coger con pinzas todas las informaciones que dan las empresas sobre las supuestas bondades de sus productos, al fin y al cabo, si me trago la publicidad, favorezco directamente al anunciante, y si no me la creo, no favorezco a nadie.
Es más, lo que me parece realmente increíble (y realmente patético) es que haya quien se crea a pies juntillas todo lo que dice la publicidad cual dogma de fe.